ACTA DE LA CONVERSACIÓN ENTRE GEORGE W. BUSH Y JOSÉ MARÍA AZNAR
(CRAWFORD, TEJAS, 22 DE FEBRERO DE 2003)

    BUSH AVISÓ A AZNAR DE QUE ESTARÍA EN BAGDAD EN MARZO CON O SIN RESOLUCIÓN DE LA ONU

Cuatro semanas antes de la invasión de Irak, que se produjo en la noche del 19 al 20 de marzo de 2003, George W. Bush mantenía en público su exigencia a Sadam Hussein en los siguientes términos: desarme o guerra. A puerta cerrada, Bush reconocía que la guerra era inevitable. Durante una larga conversación privada con el entonces presidente español, José María Aznar, celebrada el sábado 22 de febrero de 2003 en el rancho de Crawford, Tejas, Bush dejó claro que había llegado el momento de deshacerse de Sadam. "Quedan dos semanas. En dos semanas estaremos militarmente listos. Estaremos en Bagdad a finales de marzo", le dijo a Aznar. 

Dentro de este plan, Bush había terminado por aceptar, el 31 de enero de 2003 -tras una entrevista con el primer ministro británico, Tony Blair-, introducir una última maniobra diplomática: la propuesta de una segunda resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Su objetivo: abrir la puerta legal a la guerra unilateral que EE UU se aprestaba a desencadenar con más de 200.000 soldados preparados en la región para atacar. 

Bush era consciente de las dificultades internas de Blair y no desconocía las de Aznar. Sólo siete días antes de esa reunión en el rancho de Crawford, tres millones de personas se manifestaban en varias ciudades de España contra la guerra inminente. "Necesitamos que nos ayudéis con nuestra opinión pública", pide Aznar. Bush le explica el alcance de la nueva resolución que piensa presentar: "La resolución estará hecha a la medida de lo que pueda ayudarte. Me da un poco lo mismo el contenido". A lo que Aznar responde: "Nos ayudaría ese texto para ser capaces de copatrocinarlo y ser sus coautores y conseguir que mucha gente lo patrocine". Aznar, pues, se ofrece a dar cobertura política europea a Bush, en unión con Blair. El sueño de Aznar de cimentar una relación con EE UU, siguiendo el ejemplo del Reino Unido, estaba a punto de hacerse realidad. 

Aznar había viajado el 20 de febrero con su esposa, Ana Botella, a EE UU haciendo una escala en México para persuadir (infructuosamente) al presidente Vicente Fox de la necesidad de apoyar a Bush. El 21, la pareja, acompañada por los colaboradores del presidente, llegó a Tejas. Aznar y su esposa se alojaron en la casa de invitados del rancho. 

En la reunión del día siguiente, sábado, participaron el presidente Bush, su entonces asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, y el responsable de asuntos europeos del Consejo de Seguridad Nacional, Daniel Fried. Por su parte, acompañan a Aznar su asesor de política internacional, Alberto Carnero, y el embajador de España en Washington, Javier Rupérez. Bush y Aznar mantuvieron, como parte del encuentro, una conversación telefónica a cuatro bandas con el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi. 

El embajador Rupérez tradujo del inglés para Aznar y también del italiano para Condoleezza Rice; otras dos intérpretes hicieron su trabajo para Bush y sus colaboradores. Fue Rupérez quien se encargó de elaborar el acta-resumen de la conversación en un memorándum que ha permanecido secreto hasta hoy. 

La conversación impresiona por su tono directo, amigable y hasta amenazador, cuando, por ejemplo, se refiere a la necesidad de que países como México, Chile, Angola, Camerún y Rusia, miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, voten la nueva resolución como una muestra de amistad hacia EE UU o se atengan a las consecuencias. 

Se advierte la nula expectativa en el trabajo de los inspectores, cuyo jefe, Hans Blix, había desmontado hacía sólo una semana, el 14 de febrero, los argumentos expuestos por el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, ante el Consejo de Seguridad el 5 de febrero de 2003, con "datos sólidos" apoyados calurosamente por la ministra de Exteriores española, Ana Palacio. Unos datos que el propio Powell calificó, más tarde, como un conjunto de falsedades. 

El informe de Blix 

Según Blix, Irak estaba dando pasos hacia una cooperación activa para resolver los temas de desarme pendientes. Su tono había sido menos crítico que el de su informe del 27 de enero de 2003. "Desde que llegamos a Irak hace tres meses hemos realizado más de 400 inspecciones sin previo aviso en unos 300 lugares. Hasta ahora, los inspectores no han encontrado ninguna de las armas prohibidas... Si Irak se decide a cooperar todavía más estrechamente el periodo de desarme a través de las inspecciones puede todavía ser breve", señalaba el jefe de inspectores. 

El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed El Baradei, informó el 14 de febrero de que todavía quedaban por aclarar algunas cuestiones técnicas; pero, añadió, "no quedan ya problemas de desarme por resolver". Según dijo, no se había hallado prueba alguna de que en Irak se estuvieran llevando a cabo actividades nucleares o relativas a la energía nuclear, otro claro mentís de lo que afirmó Powell sobre el programa nuclear iraquí. 

Tanto los primeros frutos de la labor de inspección como la finalización de los preparativos de EE UU llevaron a Bush a fijar el comienzo de la operación militar hacia la fecha del 10 de marzo de 2003, a la cual se añadieron nueve días para obtener la segunda resolución. El proceso de persuasión moral al cual se abocaron Aznar y Palacio a golpe de teléfono y en reuniones bilaterales no logró reunir más que cuatro votos: los tres promotores y Bulgaria. Eran necesarios 9 votos. 

El fracaso de esta cobertura legal de la guerra inminente llevó a Bush a acordar con Blair y Aznar la celebración, el 16 de marzo de 2003, de una cumbre en las Islas Azores, lugar sugerido por Aznar como alternativa a las islas Bermudas por una razón que él mismo explicó a Bush: "El solo nombre de esas islas va asociado a una prenda de vestir que no es precisamente la más adecuada para la gravedad del momento en que nos encontramos". Allí, ese 16 de marzo, Bush, Blair y Aznar decidieron sustituir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y usurparon sus funciones para declarar por su cuenta y riesgo la guerra contra Irak. En la mañana del 17 de marzo, el embajador del Reino Unido ante la ONU anunciaba en Nueva York la retirada de la segunda resolución. Una derrota en la votación hubiera complicado más la carrera hacia la guerra. 

www.elpais.com, 26/09/07 

"LLEGÓ EL MOMENTO DE DESHACERSE DE SADAM" 

Presidente Bush. Estamos a favor de conseguir una segunda resolución en el Consejo de Seguridad y querríamos hacerlo rápidamente. Querríamos anunciarla el lunes o el martes [24 o 25 de febrero de 2003].

Presidente Aznar. Mejor el martes, después de la reunión del Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea. Es importante mantener el momentum [impulso] conseguido por la resolución de la cumbre de la Unión Europea [en Bruselas, el lunes 17 de febrero]. Nosotros preferiríamos esperar hasta el martes. 

PB. Podría ser el lunes por la tarde, teniendo en cuenta la diferencia horaria. En cualquier caso la próxima semana. Vemos la resolución redactada de manera que no contenga elementos obligatorios, que no mencione el uso de la fuerza, y que constate que Sadam Hussein ha sido incapaz de cumplir sus obligaciones. Ese tipo de resolución puede ser votada por mucha gente. Sería algo parecida a la que se obtuvo cuando lo de Kosovo [el 10 de junio de 1999]. 

PA. ¿Se presentaría ante el Consejo de Seguridad antes e independientemente de una declaración paralela? 

Condoleezza Rice. En realidad no habría declaración paralela. Estamos pensando en una resolución tan simple como sea posible sin muchos detalles de cumplimiento que pudieran servir para que Sadam Hussein los utilizara como etapas y consiguientemente incumplirlas. Estamos hablando con Blix [jefe de los inspectores de la ONU] y otros de su equipo para obtener ideas que pueden servir para introducir la resolución. 

PB. Sadam Husein no cambiará y seguirá jugando. Ha llegado el momento de deshacerse de él. Es así. Yo, por mi parte, procuraré a partir de ahora utilizar una retórica lo más sutil posible, mientras buscamos la aprobación de la resolución. Si alguien veta [Rusia, China y Francia poseen junto a EE UU y Reino Unido derecho a veto en el Consejo de Seguridad en su calidad de miembros permanentes], nosotros iremos. Sadam Hussein no se está desarmando. Le tenemos que coger ahora mismo. Hemos mostrado un grado increíble de paciencia hasta ahora. Quedan dos semanas. En dos semanas estaremos militarmente listos. Creo que conseguiremos la segunda resolución. En el Consejo de Seguridad tenemos a los tres africanos [Camerún, Angola y Guinea], a los chilenos, a los mexicanos. Hablaré con todos ellos, también con Putin, naturalmente. Estaremos en Bagdad a finales de marzo. Existe un 15% de posibilidades de que en ese momento Sadam Hussein esté muerto o se haya ido. Pero esas posibilidades no existen antes de que hayamos mostrado nuestra resolución. Los egipcios están hablando con Sadam Hussein. Parece que ha indicado que estaría dispuesto a exiliarse si le dejaran llevarse 1.000 millones de dólares y toda la información que quisiera sobre armas de destrucción masiva. [Muammar El] Gaddafi le ha dicho a Berlusconi que Sadam Hussein quiere irse. Mubarak nos dice que en esas circunstancias existen muchas posibilidades de que sea asesinado. 

Nos gustaría actuar con el mandato de las Naciones Unidas. Si actuamos militarmente lo haremos con una gran precisión y focalizando mucho nuestros objetivos. Diezmaremos a las tropas leales y el ejército regular rápidamente sabrá de lo que se trata. Hemos hecho llegar un mensaje muy claro a los generales de Sadam Hussein: los trataremos como criminales de guerra. Sabemos que han acumulado una enorme cantidad de dinamita para hacer volar los puentes y otras infraestructuras y hacer saltar por los aires los pozos petrolíferos. Tenemos previsto ocupar esos pozos muy pronto. También los saudíes nos ayudarían a poner en el mercado el petróleo que fuese necesario. Estamos desarrollando un paquete de ayuda humanitaria muy fuerte. Podemos ganar sin destrucción. Estamos planteando ya el Irak post Sadam, y creo que hay buenas bases para un futuro mejor. Irak tiene una buena burocracia y una sociedad civil relativamente fuerte. Se podría organizar en una federación. Mientras tanto estamos haciendo todo lo posible para atender las necesidades políticas de nuestros amigos y aliados. 

PA. Es muy importante contar con una resolución. No es lo mismo actuar con ella que sin ella. Sería muy conveniente contar en el Consejo de Seguridad con una mayoría que apoyara esa resolución. De hecho, es más importante contar con mayoría que que alguien emita un veto. Creemos que el contenido de la resolución debería entre otras cosas constatar que Sadam Hussein ha perdido su oportunidad. 

PB. Sí, por supuesto. Sería mejor eso que hacer una referencia a "los medios necesarios" [se refiere a la resolución tipo de la ONU que autoriza a utilizar "todos los medios necesarios"]. 

PA. Sadam Husein no ha cooperado, no se ha desarmado, deberíamos hacer un resumen de sus incumplimientos y lanzar un mensaje más elaborado. Eso permitiría por ejemplo que México se moviera [en referencia a cambiar su posición contraria a la segunda resolución, que Aznar pudo conocer de labios del presidente Vicente Fox el viernes 21 de febrero en una escala realizada en Ciudad de México]. 

PB. La resolución estará hecha a la medida de lo que pueda ayudarte. Me da un poco lo mismo el contenido. 

PA. Te haremos llegar unos textos.

PB. Nosotros no tenemos ningún texto. Solamente un criterio: que Sadam Hussein se desarme. No podemos permitir que Sadam Hussein alargue el tiempo hasta el verano. Al fin y al cabo ya ha tenido cuatro meses en esta última etapa y eso es tiempo más que suficiente para desarmarse. 

PA. Nos ayudaría ese texto para ser capaces de patrocinarlo y ser sus coautores y conseguir que mucha gente lo patrocine. 

PB. Perfecto. 

PA. El próximo miércoles [16 de febrero] me veo con Chirac. La resolución ya habrá comenzado a circular.

PB. Me parece muy bien. Chirac conoce perfectamente la realidad. Sus servicios de inteligencia se lo han explicado. Los árabes le están transmitiendo a Chirac un mensaje muy claro: Sadam Hussein debe irse. El problema es que Chirac se cree Mister Arab 

y en realidad les está haciendo la vida imposible. Pero yo no quiero tener ninguna rivalidad con Chirac. Tenemos puntos de vista diferentes, pero yo quisiera que eso fuera todo. Dale los mejores recuerdos de mi parte. ¡De verdad! Cuanto menos rivalidad sienta él que existe entre nosotros será mejor para todos.

PA. ¿Cómo se combina la resolución y el informe de los inspectores? 

Condoleezza Rice. En realidad no habrá informe el 28 de febrero sino que los inspectores presentarán un informe escrito el 1 de marzo, y su comparecencia ante el Consejo de Seguridad no se producirá hasta el 6 o 7 de marzo de 2003. No esperamos gran cosa de ese informe. Como en los anteriores, pondrán una de cal y otra de arena. Tengo la impresión de que Blix será ahora más negativo que lo que antes fue sobre la voluntad de los iraquíes. Después de la comparecencia de los inspectores en el Consejo debemos prever el voto sobre la resolución una semana después. Los iraquíes, entre tanto, intentarán explicar que van cumpliendo sus obligaciones. Ni es cierto ni será suficiente, aunque anuncien la destrucción de algunos misiles. 

PB. Esto es como la tortura china del agua. Tenemos que poner fin a ello. 

PA. Estoy de acuerdo, pero sería bueno contar con el máximo número de gente posible. Ten un poco de paciencia. 

PB. Mi paciencia está agotada. No pienso ir más allá de la mitad de marzo. 

PA. No te pido que tengas una paciencia infinita. Simplemente que hagas lo posible para que todo cuadre.

PB. Países como México, Chile, Angola y Camerún deben saber que lo que está en juego es la seguridad de los EE UU y actuar con un sentido de amistad hacia nosotros. 

[El presidente Ricardo] Lagos debe saber que el Acuerdo de Libre Comercio con Chile está pendiente de confirmación en el Senado y que una actitud negativa en este tema podría poner en peligro esa ratificación. Angola está recibiendo fondos del Millenium Account y también podrían quedar comprometidos si no se muestran positivos. Y Putin debe saber que con su actitud está poniendo en peligro las relaciones de Rusia con los Estados Unidos. 

PA. Tony querría llegar hasta el 14 de marzo. 

PB. Yo prefiero el 10. Esto es como el juego de policía malo y policía bueno. A mí no me importa ser el policía malo y que Blair sea el bueno. 

PA. ¿Es cierto que existe alguna posibilidad de que Sadam Hussein se exilie? 

PB. Sí, existe esa posibilidad. Incluso de que sea asesinado. 

PA. ¿Exilio con alguna garantía? 

PB. Ninguna garantía. Es un ladrón, un terrorista, un criminal de guerra. Comparado con Sadam, Milosevic sería una Madre Teresa. Cuando entremos vamos a descubrir muchos más crímenes y le llevaremos al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. Sadam Hussein cree que ya se ha escapado. Cree que Francia y Alemania han detenido el proceso de sus responsabilidades. Cree también que las manifestaciones de la semana pasada 

[sábado 15 de febrero] le protegen. Y cree que yo estoy muy debilitado. Pero la gente de su entorno sabe que las cosas son de otra manera. Saben que su futuro está en el exilio o en un ataúd. Por eso es tan importante mantener la presión sobre él. Gaddafi nos dice indirectamente que eso es lo único que puede acabar con él. La única estrategia de Sadam Hussein es la de retrasar, retrasar y retrasar. 

PA. En realidad el mayor éxito sería ganar la partida sin disparar un solo tiro y entrando en Bagdad. 

PB. Para mí sería la solución perfecta. Yo no quiero la guerra. Sé lo que son las guerras. Sé la destrucción y la muerte que traen consigo. Yo soy el que tiene que consolar a las madres y a las viudas de los muertos. Por supuesto, para nosotros esa sería la mejor solución. Además, nos ahorraría 50.000 millones de dólares.

PA. Necesitamos que nos ayudéis con nuestra opinión pública. 

PB. Haremos todo lo que podamos. El miércoles voy a hablar sobre la situación en el Oriente Medio, proponiendo un nuevo esquema de paz que conoces y sobre las armas de destrucción masiva, de los beneficios de una sociedad libre, y situaré la historia de Irak en un contexto más amplio. Quizá os sirva. 

PA. Lo que estamos haciendo es un cambio muy profundo para España y para los españoles. Estamos cambiando la política que el país había seguido en los últimos 200 años. 

PB. A mí me guía un sentido histórico de la responsabilidad igual que a ti. Cuando dentro de unos años la Historia nos juzgue no quiero que la gente se pregunte por qué Bush, o Aznar, o Blair no hicieron frente a sus responsabilidades. Al final, lo que la gente quiere es gozar de libertad. Hace poco, en Rumania me recordaban el ejemplo de Ceausescu: bastó con que una mujer le llamara mentiroso para que todo el edificio represivo se viniera abajo. Es el poder incontenible de la libertad. Estoy convencido de que conseguiré la resolución. 

PA. Mejor que mejor. 

PB. Yo tomé la decisión de ir al Consejo de Seguridad. A pesar de las divergencias en mi Administración, les dije a mi gente que teníamos que trabajar con nuestros amigos. Será estupendo contar con una segunda resolución. 

PA. Lo único que me preocupa de ti es tu optimismo. 

PB. Estoy optimista porque creo que estoy en lo cierto. Estoy en paz conmigo mismo. Nos ha correspondido hacer frente a una seria amenaza contra la paz. Me irrita muchísimo contemplar la insensibilidad de los europeos sobre los sufrimientos que Sadam Hussein inflige a los iraquíes. Quizá porque es moreno, lejano y musulmán, muchos europeos piensan que todo está bien con él. No olvidaré lo que me dijo una vez Solana: que por qué los americanos pensamos que los europeos son antisemitas e incapaces de hacer frente a sus responsabilidades. Esa actitud defensiva es terrible. Tengo que reconocer que con Kofi Annan tengo unas magníficas relaciones. 

PA. Comparte tus preocupaciones éticas. 

PB. Cuanto más me atacan los europeos tanto más fuerte soy en los Estados Unidos. 

PA. Tendríamos que hacer compatible tu fortaleza con el aprecio de los europeos. 

(www.elpais.com, 26/09/07) 

"ESTAMOS CAMBIANDO LA POLÍTICA QUE ESPAÑA HABÍA SEGUIDO EN LOS ÚLTIMOS 200 AÑOS" 

Bush: "Sadam Husein no cambiará y seguirá jugando. Ha llegado el momento de deshacerse de él. Es así. Yo, por mi parte, procuraré a partir de ahora utilizar una retórica lo más sutil posible, mientras buscamos la aprobación de la resolución".  

Aznar: "Es muy importante contar con una resolución. No es lo mismo actuar con ella que sin ella. Sería muy conveniente contar en el Consejo de Seguridad con una mayoría que apoyara esa resolución. De hecho, es más importante contar con mayoría que registrar un veto". 

Aznar: "Necesitamos que nos ayudéis con nuestra opinión pública. Lo que estamos haciendo es un cambio muy profundo para España y para los españoles. Estamos cambiando la política que el país había seguido en los últimos 200 años". 

Bush: "La resolución estará hecha a la medida de lo que pueda ayudarte. Me da un poco lo mismo el contenido". 

Aznar: "Te haremos llegar unos textos". 

Bush: "Nosotros no tenemos texto. Sólo un criterio: que Sadam se desarme". 

"A mí no me importa ser el policía malo y que Blair sea el bueno" 

Bush: Esto es como la tortura china del agua. Tenemos que poner fin a ello. 

Aznar: Estoy de acuerdo, pero sería bueno contar con el máximo número de gente posible. Ten un poco de paciencia. 

Bush: Países como México, Angola, Chile y Camerún deben saber que lo que está en juego es la seguridad de los EE UU y actuar con un sentido de amistad hacia nosotros. Lagos debe saber que el acuerdo de libre comercio con Chile está pendiente de confirmación en el Senado y que una actitud negativa en este tema podría poner en peligro esa ratificación... 

Bush: Mi paciencia está agotada. No pienso ir más allá de la mitad de marzo. 

Aznar: No te pido que tengas una paciencia infinita. Simplemente que hagas lo posible para que todo cuadre (...) 

Aznar: Tony Blair querría llegar hasta el 14 de marzo.

Bush: Yo prefiero el 10. Esto es como el juego de policía malo y policía bueno. A mí no me importa ser el policía malo y que Blair sea el bueno. 

Aznar: ¿Es cierto que existe alguna posibilidad de que Sadam Husein se exilie? 

(www.elpais.com, 26/09/07

MANIOBRAS PARA LA INVASIÓN 

José María Aznar actuó con la astucia de un director de marketing en la recta final hacia la guerra de Irak. Tras conocer de labios del presidente norteamericano, George W. Bush, el 22 de febrero de 2003 en el rancho de Crawford (Tejas), que EE UU invadiría Irak a finales de marzo, el entonces presidente español se ofreció a promover una segunda resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU. Consideraba importante hacerlo aun cuando algún país ejerciera su veto, ya que era vital mostrar una mayoría a favor de la invasión. Cuando los tres promotores -EE UU, Reino Unido y España- no obtuvieron más que un compromiso de apoyo, el de Bulgaria, decidieron evitar una derrota estrepitosa en una eventual votación retirando la propuesta. Eso sí, culparon a Francia por su insinuación de que podría vetar la resolución. 

Bush informó a Aznar de que EE UU estaba a favor de una segunda resolución aunque, precisó,la decisión de invadir Irak a finales de marzo estaba tomada. El jefe del Ejecutivo español se ofreció a patrocinar esa resolución. Necesitaba el acuerdo de la ONU para vender políticamente el producto de la guerra, a la que se oponía el 90% de la población española. 

Pero también había otra razón poderosa: con una resolución -aprobada por unanimidad- en la mano, Aznar estaba dispuesto a enviar desde el primer momento tropas de combate, junto a las de EE UU y el Reino Unido, según explica el ex ministro Federico Trillo en su libro Memoria de entreguerras. Ése era el significado del giro copernicano en más de 200 años de política de España que concebía Aznar, y que anticipó a Bush: "Lo que estamos haciendo es un cambio muy profundo para España y para los españoles. Estamos cambiando la política que el país había seguido en los últimos 200 años". Sin resolución, Aznar estaba dispuesto a apoyar a Bush, pero no como debía ser, según su sueño. Es decir, con tropas. 

En Crawford, el presidente español, tras conocer que EE UU daría un margen de algunos días para conseguir la segunda resolución -iniciativa que el primer ministro británico, Tony Blair, había arrancado a Bush el 31 de enero de 2003 en Washington-, explicó con claridad el significado que tenía la propuesta. "Es muy importante contar con una resolución. No es lo mismo actuar con ella que sin ella. Sería muy conveniente contar en el Consejo de Seguridad con una mayoría que apoyara esa resolución. De hecho, es más importante contar con mayoría que el que alguien emita el veto. Para nosotros, actuar sin mayoría en el Consejo sería muy negativo". 

Es decir: había que promover la votación para demostrar que, incluso con el veto de Francia, Rusia o China, la invasión gozaba de mayoría de votos. Bush obtendría de ese modo la cobertura moral y política para la guerra inminente. El presidente norteamericano, a su vez, manifestó que incluso era partidario de que se votara en el caso de que se perdiera la votación, para que los 15 miembros del Consejo de Seguridad se mojasen.

Aznar y su ministra de Exteriores, Ana Palacio, se lanzaron a un frenético plan de contactos telefónicos y reuniones bilaterales en Nueva York para alcanzar los compromisos de voto. El resultado, a primeros de marzo, era patético. Francia, Rusia y China estaban en contra de la resolución que pretendía declarar el incumplimiento definitivo por parte de Irak, señal de partida de la invasión. Otros seis países llamados indecisos -Chile, México, Guinea, Camerún, Angola y Pakistán- tampoco estaban por la labor, pese a las presiones. 

¿Qué pasaba? Algo elemental. La fase de preparación militar llegaba a su fin al tiempo que Irak empezaba a colaborar con la ONU. El 5 de febrero el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, escenificó en el Consejo de Seguridad el drama de las armas de destrucción masiva, pero el 14 de febrero Hans Blix, jefe de los inspectores, y Mohamed El Baradei, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), habían desmentido gran parte de sus afirmaciones. 

Los trabajos de inspección cogieron con el paso cambiado a Bush, Blair y Aznar. ¿Qué evidencias hay de ello? Véase el acta de la conversación de Crawford que EL PAÍS ofreció en su edición de ayer. 

Cuando Aznar pregunta por la relación entre la segunda resolución y el informe de los inspectores, Condoleezza Rice, asesora de Seguridad Nacional de Bush, responde: "No esperamos gran cosa de ese informe. Como en los anteriores, pondrán una de cal y otra de arena. Tengo la impresión de que Blix será ahora más negativo de lo que antes fue sobre la voluntad de los iraquíes. Después de la comparecencia de los inspectores ante el Consejo, debemos prever un voto sobre la resolución una semana después . Los iraquíes intentarán explicar que van cumpliendo con sus obligaciones. Ni es cierto ni será suficiente, aunque anuncien la destrucción de algunos de sus misiles". En un reconocimiento tácito de las dificultades, Bush remacha: "Esto es como la tortura china del agua. Tenemos que poner fin a ello". 

Este paso cambiado queda reflejado en las memorias de Christopher Meyer, embajador del Reino Unido en Washington por aquellas fechas. Corren los últimos días de enero de 2003. Tony Blair está por viajar a Washington para convencer a Bush de que es bueno retrasar la invasión y maniobrar a favor de una segunda resolución. Meyer recuerda: "Siempre pensé que agotar la ruta de la ONU significaría cosas distintas en Washington y en Londres. Los calendarios de la guerra y del programa de inspecciones no podían sincronizarse. Bush estaba indeciso sobre los méritos de una segunda resolución para autorizar la guerra, algo que se convirtió en un imperativo político para Londres. Blair venía a Washington buscando también un retraso en el comienzo de la campaña militar, fechada para mediados de febrero de 2003. Blair obtuvo el retraso por la sencilla razón de que los norteamericanos no estaban preparados para invadir Irak hasta la segunda mitad de marzo. En la conferencia de prensa del 31 de enero, Bush dio un respaldo superficial y tibio a la segunda resolución. Ni la suya ni la de Blair se cuentan entre sus mejores actuaciones. Estaban tensos y pachuchos". 

El problema es que Blix y El Baradei se orientaban exactamente en sentido contrario al previsto por Rice en Crawford. El día 7 de marzo, Blix repitió algo que ya había dicho días antes sobre la destrucción de los misiles Al Samud 2, despreciada por la Administración de Bush. "No estamos ante la eliminación de palillos de dientes; se trata de una medida sustancial de desarme; en realidad, la primera desde mediados de los años 90", explicó al Consejo de Seguridad. 

El Baradei, por su parte, demostró que se acusaba a Irak de comprar uranio para fabricar bombas atómicas con "documentos inauténticos" y dijo que no había programa nuclear en marcha. 

En este contexto desesperado, Bush decidió terminar con la obra teatral improvisada de la segunda resolución. Y levantó, en sustitución, el escenario en las Islas Azores. Ese 16 de marzo, la propuesta de resolución se convirtió en papel mojado y al día siguiente, después del ultimátum de las Azores, el embajador del Reino Unido ante la ONU, Jeremy Greenstock, anunció su retirada definitiva. 

Aznar manipuló la información a los españoles tras volver de Crawford. Sabiendo que la invasión estaba decidida, presentó su reunión con Bush y la prevista segunda resolución que encubría la inminente invasión como una esperanza de paz. Y también falsificó la razón por la que se retiró la segunda resolución antes de votarse. 

El 18 de marzo, en el Congreso, volvió a acusar a Irak de procurarse un componente nuclear (desmentido por El Baradei el 7 y el 8 de marzo) y explicó así la retirada de la segunda resolución: "El acuerdo ha resultado imposible ante el aviso reiterado de veto por parte de alguno de los miembros permanentes del Consejo. A pesar de que repetidamente los tres países copatrocinadores expresamos nuestra voluntad de diálogo y negociación de la propuesta, nos hemos encontrado una postura inflexible. No es la primera vez que el Consejo queda bloqueado por el uso político del veto... Es urgente advertir de que se va a aplicar ya la legalidad internacional...". 

Éste es el hombre que el 22 de febrero posaba de estadista en Crawford al explicar a Bush: "Es muy importante contar con una resolución... De hecho, es más importante contar con mayoría que el que alguien emita un veto. Para nosotros actuar sin mayoría en el Consejo sería muy negativo". 

(www.elpais.com, 27/09/07)

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