Con motivo de la mani de la AVT la tele de Espe parecía la TVE de Fraga
En dos años y medio de Gobierno socialista, Francisco José Alcaraz, presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) e inasequible agitador al servicio de la derecha genovesa, se ha montado, como mínimo, cinco plazas de Oriente. En cuanto a movilidad, este hombre es en efecto bastante más activo que el difunto Caudillo.
Aunque
Alcaraz haya contado desde la primera de sus manis
con el valioso concurso de la cúpula del PP, aparte del
incondicional apoyo mediático de Federico y sus obispos,
de Pedro J. Ramírez, del diario madrileño de Lara Bosch,
de Libertad Digital y también haya dispuesto
del respaldo del maldito Zarzalejos -entre
otros soportes periodísticos en absoluto despreciables-
lo cierto es que a él no se le ha de regatear mérito
alguno.
La tregua que no fue tregua
¿Quién hubiera pensado hace sólo ocho años, cuando
aconteció la tregua de Aznar, que este tipo llamado
Alcaraz, de discretísimo curriculum, mudo como
estaba entonces, iba a convertirse a partir de 2004 en
uno de los iconos de la derecha española? Por cierto,
esa tregua, la de Aznar, al parecer nunca existió, según
sostienen en la actualidad la doctrina del PP y la de
Rosa Díez, cuya lealtad al PSOE empieza a ser
ligeramente más débil aún que la de Eduardo Tamayo.
Mitin bajo paraguas
La manifestación no aportó en especial nada nuevo. Se
trató de un déjà vu estrictamente obsceno. Fue
un mitin del PP, bajo el paraguas de las víctimas que
controla Alcaraz, con oradores de la derecha extrema
como el estrafalario profesor Agapito Maestre, otro de
los peones de Jiménez Losantos, cuya voz campanuda
sonaba en la noche madrileña como la de aquellos
charlistas de la televisión de Fraga Iribarne, hacia la
segunda mitad de la década de los sesenta, cuando
repetían las consignas del Régimen a través de TVE
falangistas como Roberto Reyes y Jesús Suevos, conversos
como Gabriel Elorriaga padre u otros especímenes del
llamado Movimiento Nacional con algún obispo incluido
posteriormente.
Ni cuando el 1 de mayo
Ayer esa TVE en blanco y negro, sujetada a lo largo de
la dictadura con mano férrea desde el Ministerio de
Información, o sea de Propaganda, volvió a ser
Telemadrid. Ni las retransmisiones de la fiesta del 1 de
mayo, día de San José Artesano, en el estadio Bernabeu,
con los coros y danzas celebrando qué bien vivían los
trabajadores gracias al Generalísimo,
alcanzaron el nivel de apología conseguido por
Telemadrid, una televisión pública privatizada de facto
por Esperanza Aguirre hasta convertirla en una máquina
al servicio del PP y, muy singularmente, al servicio de
la presidenta autonómica de Madrid. ¡Suerte que Aguirre
se confiesa liberal, que si llega a no serlo...!
Convenientemente obligados
En la mesa, los comentarios corrían a cargo de Cayetano
González, mano derecha de Mayor Oreja y director del
Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo
celebrado en Valencia. A su lado, Conchita Martínez,
víctima del terrorismo, quien no se salió ni un
milímetro del guión de Génova, con tono redicho y
resabiado. El presentador se sumó al cortejo y los
periodistas que cubrían el evento parecían más bien –sin
duda convenientemente obligados- profesionales adscritos
a la Oficina de Prensa del PP o de FAES, como se
prefiera.
Odio visceral
El mitin/manifestación fue transmitido íntegro por
Telemadrid sin que se oyera una sola voz ligeramente
discrepante. Las víctimas, las otras víctimas, reunidas
en Córdoba, deben de ser –según los parámetros de
Esperanza Aguirre- impostores, víctimas fingidas,
atrapadas fatídicamente por el síndrome de Estocolmo o
bien incluso etarras escondidos en el interior del
caballo de Troya. ¡Qué espectáculo tan sectario, qué
desprecio a más de la mitad –al menos- de los madrileños
que no comparten el odio visceral al proceso de paz que
trata de conducir el presidente del Gobierno, Rodríguez
Zapatero! ¡Qué obsesión por la concepción de España
una, y no cincuenta y una o por aquella España,
una, grande y libre, que ni era por fortuna una, ni
era grande ni mucho menos libre!
El precedente
La apropiación indebida de Telemadrid por parte
de la derecha, lo que se comprueba en la mayoría de sus
programas y de sus debates, claramente escorados hacia
las posturas más conservadoras, a pesar de que Buruaga
lo intente disimular con su amabilidad característica,
constituye un escándalo sin precedentes. Bueno, el
precedente ya está escrito. Fue la TVE del
presidente-fundador de AP/PP, Manuel Fraga. Ahora es la
televisión de Alcaraz y de Agapito. Donde ni siquiera
cabe Germán Yanke. Lo que le honra.