Nace en Madrid en 1968. En 1999 el entonces
alcalde
Álvarez del
Manzano
lo nombró concejal de
Limpieza Urbana y Desarrollo Medioambiental. Hasta entonces había sido
concejal de Carabanchel y Usera y, con anterioridad, concejal de
Alcobendas. También fue diputado regional en las
legislaturas de 1991/1995. En la actualidad es
Diputado a la Asamblea de Madrid tras ir como
'número 6' en la lista de
Espe $ Aguirre.
Fue su Director adjunto en la campaña electoral. Pertenece al denominado
Clan de Becerril. Además, es miembro del Comité Ejecutivo y de la Junta
Directiva Regional del PP de Madrid desde el
XII
Congreso Regional, celebrado en el mes de septiembre del año 2002.
  
En Septiembre del año 2002 se vio envuelto en
una polémica tras la despedida de solteros de Ana Aznar y
Alejandro Agag
en la discoteca
Gabana de la capital. Varios operarios de limpieza tuvieron que limpiar
con rodilla en suelo la acera por donde iban a pasar los invitados. Igualmente, protagonizó un violento
altercado durante
un mitin de Aznar
en Arganda del Rey. Expulsó personalmente a un joven que a gritos se opuso a la
guerra de Irak.
López Viejo protagonizó otro incidente con los
trabajadores de Sintel que estaban desmontando el campamento en la
Castellana en el verano de 2001, después de permanecer allí varios meses
para protestar por los despedidos de la empresa telefónica. El ex concejal
se presentó con una brigada de limpieza y los expulsó de la zona sin mayores
miramientos.
INVESTIGAN EL RESTAURANTE DE LA MUJER DE UN
CONSEJERO DE ESPERANZA AGUIRRE
El
juez que investiga la operación Guateque, Santiago Torres, solicitó la
semana pasada más expedientes sobre tramitación de licencias al Ayuntamiento
de Madrid. Entre ellos se encuentra el del restaurante que la mujer del
consejero de Deportes, Alberto López
Viejo, tiene en el distrito de Retiro. El motivo que ha llevado a
Torres a estudiar a fondo este informe es una de las grabaciones telefónicas
que se realizó a los implicados en la trama durante los meses previos al
inicio de las detenciones.
Concretamente, se trata de una conversación entre Victoriano Ceballos, jefe
de División en la Concejalía de Medio Ambiente y en prisión desde hace nueve
días, y un funcionario de Urbanismo, supuestamente también participativo del
cobro de comisiones. «Tengo a dos más, el Rodilla y La hacienda argentina
[propiedad de Teresa Gabarra, mujer de López Viejo]», le decía Ceballos a
este trabajador público durante la charla por teléfono. Fuentes de la
investigación no supieron calibrar la importancia de esta acusación ni si
esta frase implicaba algún tipo de negociación con los dueños de estos dos
locales de la zona de Retiro o simplemente se trataba de fijar dos posibles
objetivos de cobro.
Sin embargo, esta referencia ha sido suficiente para que el juez reclamara
al Ayuntamiento de Madrid todos los papeles de estos dos locales, que fueron
remitidos a Plaza de Castilla por la Junta de Distrito, y para que los
adjuntara a las investigaciones previas que está llevando a cabo.
Por
su parte, el consejero de Deportes explicó que su mujer nunca ha tramitado
«ninguna de las licencias del local con ninguna empresa o despacho». Según
explicó López Viejo, «todos los trámites los ha hecho personalmente ella en
la Junta de Retiro». Es más, el consejero aseguró que el local en cuestión,
este asador argentino, todavía no dispone de la licencia de funcionamiento,
que está solicitada desde noviembre de 2006, «firmada por su puño y letra»
[en referencia a su mujer].
Teresa Gabarra no ha recibido todavía ninguna certificación del Juzgado como
que su restaurante está entre los aludidos por los implicados, según
confirmó López Viejo a M2, pero el consejero era consciente de que el
expediente de este asador argentino está en Plaza de Castilla. «Aunque no sé
responder por qué».
Tampoco ha sido solicitada su presencia por la Guardia Civil ni se le ha
pedido que vaya a declarar, según explicaron varias fuentes.
La
mujer del consejero de Deportes es una empresaria muy conocida en el mundo
de la hostelería en la capital. La hacienda argentina no es el único
restaurante que gestiona, también es socia de una importante cadena de
tabernas.
Según explicó su marido, Gabarra adquirió el antiguo restaurante Pelé Melé,
situado en el distrito de Retiro, porque, entre otras cosas, tenía ya todos
los permisos municipales, incluidos el de terraza, lo que facilitaba la
tramitación y explotación de estos metros.
Para crear su propio diseño, Gabarra realizó obras de reforma y tuvo que
solicitar una licencia de obras al Consistorio, que tardó casi ocho meses en
tramitársela. Ahora le queda el último papel, el definitivo: «Mi mujer
lleva un año esperando a que le concedan la licencia de funcionamiento.
Dicen que está parada en Medio Ambiente. Se le concedió la de obras, para
realizar la reforma del local, y la de actividad, pero sigue esperando la
inspección final», zanjó el consejero.
www.elmundo.es 27/11/07
SU GESTIÓN AL FRENTE DE
LA CONCEJALÍA DE LIMPIEZA
Según un informe de la Intervención General del Ayuntamiento,
presentado a Pleno en septiembre, el interventor Jesús M.
González Pueyo censura cómo se dispuso del dinero en la Concejalía de
Limpieza, contraviniendo las normas contables del Ayuntamiento. Entre 1999 y
2003 la Concejalía de Limpieza gastó, para pagar a las empresas que realizan
el servicio, 38,8 millones de euros. Pero, además, autorizó sobre la marcha,
a lo largo de la legislatura, otros 18,4 millones de "reconocimiento
extrajudicial de crédito por exceso de ejecución". Es decir, pagó ese dinero
extra a las empresas de limpieza para que hicieran frente a gastos
"imprevistos", que se van produciendo durante el año. La figura del
"reconocimiento extrajudicial de crédito" se usa habitualmente para cubrir
gastos de pequeña cuantía y para los que no merece la pena realizar una
ampliación de contrato. Asimismo llama la atención la gran cantidad de
contratos de limpieza "adjudicados a dedo" que ha habido en estos cuatro
años: desde 1999 se han pagado "más de 1,2 millones de euros" por el
procedimiento de "contrato menor", es decir, sin que medie concurso público.
Eso es legal cuando el contrato que se adjudica es por valor inferior a
60.000 euros. Sin embargo, entre los contratos menores de limpieza en
estos cuatro años hay varios de 66.000, 150.000 y hasta 180.000 euros.
Tampoco tuvieron que salir a concurso, sino que fueron aprobados
directamente en Comisión de Gobierno.
Asimismo se ha conocido que los contratos de limpiezas adjudicados desde el
año 1994 por los sucesivos concejales (entre ellos, Esperanza Aguirre, Luis
Molina y Alberto López Viejo) hasta principios del presente año en el
Ayuntamiento de Madrid suman 10.813 millones de pesetas (casi 65 millones de
euros). Sin embargo, la concejalía ha desembolsado 26.801 millones de
pesetas (161 millones de euros).Para las supuestas irregularidades se han
utilizado cuatro procedimientos. El primero consiste en ampliar a
posteriori los contratos de adjudicación a las empresas ganadoras de los
concursos. Otra fórmula presuntamente utilizada por Aguirre y López Viejo es
la superposición de contratos. Es decir, los distintos concejales de
Limpieza han pagado dos veces por el mismo servicio, como el barrido de las
calles o el borrado de pintadas en las fachadas. El pago de servicios
supuestamente extraordinarios fuera del contrato (conocido contablemente
como reconocimientos extrajudiciales de crédito) ha elevado la
factura otros 2.705 millones de pesetas (16,26 millones de euros). El último
sistema de ampliación del gasto está en el Servicio de Limpieza Urgente
(Selur), cuyo cometido coincide parcialmente con los contratos de
adjudicación primigenios. Se trata de cuadrillas dispuestas las 24 horas del
día para atender actos extraordinarios o eventualidades como atentados
terroristas o manifestaciones. Esto ha supuesto otros 2.093 millones de
pesetas (12,6 millones de euros).
FAVORES A LA CARTA
Según se ha recogido en diferentes medios de
comunicación, el ex concejal presionó a las empresas de su área a comprar
muebles en la tienda de su padre y a adquirir vehículos en un concesionario
Toyota.
Además, impuso a la sociedad
Cespa, que gestiona la
limpieza en varios barrios madrileños, la compra de muebles de oficina en
una tienda que su padre tiene en Madrid y, asimismo, la decoración con
flores de la iglesia donde contrajo matrimonio hace tres años. El entonces
concejal de Limpieza del Ayuntamiento de Madrid pidió a
Cespa, que tiene adjudicado el servicio de limpieza del distrito de
San Blas, que adquiriera muebles de oficina en la tienda de su padre. Dicha
empresa había comprado un edificio en la calle de
Albarracín, sede de la antigua empresa
Piaggio,
y estaba reformando esas instalaciones para ubicar allí sus oficinas.
López Viejo se enteró y solicitó a los
directivos de la sociedad el favor. Pero, aunque la sugerencia llegaba
tarde, ya que la empresa había adquirido los muebles para ese edificio en
otro comercio, el entonces edil de Limpieza de Madrid les convenció para que
acudieran también por el negocio de su padre. Y así fue.
Cespa, sin ninguna necesidad,
compró inicialmente muebles por un importe de tres millones y medio de
pesetas.
Pero las exigencias de López Viejo no terminaron
ahí. Volvió a llamar a la dirección de
Cespa para recriminarles que
se habían comportado como unos tacaños por el desembolso mínimo que habían
hecho, según él, en la tienda paterna. Ante esa nueva insinuación,
Cespa aumentó el pedido y se gastó ocho millones y medio de pesetas.
Los muebles, como físicamente no cabían en las nuevas oficinas, fueron
apilados en un almacén. Fernando López Paredes, padre del ex concejal
de Limpieza, es propietario de la sociedad Equipamiento Integral de
Oficinas, que tiene sus instalaciones en la calle de
Trifón Pedrero de Madrid. Es una modesta
empresa que fue constituida en 1992 con un capital de medio millón de
pesetas y cuyo objeto social es «la venta al por mayor y al por menor de
todo tipo de muebles y elementos de decoración y la representación de marcas
y fabricantes de los mismos». También figura como socia su esposa, Natividad
Rosalina
Viejo, con un porcentaje del 45 por cien de las acciones.
Otra de las sociedades de Fernando López Paredes
es Año 2000 Servicios Integrales. En diciembre de 2002 cesó como
administrador único y pasó a ocupar su cargo su nuera, Teresa Gabarra
Balsells. La esposa de López Viejo, que figura como administradora de la
sociedad Bares de Barrio, pertenece a una familia con importantes intereses
en el negocio de la restauración en Madrid. Son los propietarios de la
cadena de restaurantes La Trattoria Romana, Cañas y Tapas y Ribs, entre
otros.
Cuando López Viejo y Gabarra
Balsells contrajeron
matrimonio hace tres años, la compañía
Cespa fue la encargada de facilitar los centros de flores con los que
adornaron la Iglesia de la Plaza de las Salesas de Madrid. Las flores fueron
trasladadas desde los viveros de
Cespa previa llamada de un colaborador del concejal. Según los
cálculos de la empresa de limpieza, su precio superó las 150.000 pesetas, ya
que se instalaron varios centros de flores.
Sin embargo, las imposiciones de López Viejo a
las empresas adjudicatarias del servicio de limpieza no acaban con esas
obligaciones domésticas. También comunicó a sus representantes que quería
uniformidad en los vehículos del servicio en los distintos distritos de
Madrid. Indicó que, a partir de su orden, unos determinados modelos de la
flota automovilística debían ser de la marca
Toyota. Y, dentro de la firma
japonesa, el entonces concejal precisó que debían adquirir los vehículos en
el concesionario madrileño
Supra
Gamboa. Incluso, se metió la mano en el bolsillo de la chaqueta y se
permitió el lujo de repartir entre los asistentes unas tarjetas de dicho
concesionario, según confirmó uno de los asistentes al encuentro.
Otro alto cargo de una de las firmas
adjudicatarias manifestó que varias de las empresas se vieron obligadas a
comprar en
Supra Gamboa, para la limpieza
de 15 distritos de Madrid, entre 150 y 200 vehículos. Uno de los modelos de
Toyota más adquirido fue el
Hilux, una pequeña camioneta valorada en unos veinte mil euros, sin el
coste de las modificaciones para el uso específico de limpieza.
Supra Gamboa es un importante
punto de venta de
Toyota en Madrid con oficinas en las calles Ferrocarril, Doctor
Esquerdo, General Ricardos y en la Plaza
Agueda
Díez, cuyo propietario es José López Gamboa. En ese concesionario se pueden
adquirir todos los modelos que utilizan los servicios de limpieza del
Ayuntamiento de Madrid, pero no tiene la exclusividad en la venta de unos u
otros modelos. En la región de Madrid existen otros doce vendedores con una
treintena de oficinas de
Toyota,
donde se pueden adquirir los mismos vehículos y a los mismos precios.
Un agente de ventas de
Supra Gamboa manifestó que ese
concesionario había vendido diferentes modelos de
Toyota a varias empresas adjudicatarias del servicio de limpieza. El
servicio de limpieza del Ayuntamiento de Madrid funciona bajo el sistema de
concesión administrativa, previa celebración de un concurso público. Las
compañías obtienen los contratos por distritos municipales y pagan un canon,
generalmente, por una duración de diez años. En esa licitación se
comprometen a cumplir a rajatabla el pliego de condiciones que les presenta
el Ayuntamiento.
Entre esas condiciones de ineludible
cumplimiento, López Viejo introdujo la renovación de la flota
automovilística para el servicio de limpieza en las calles de Madrid.
En septiembre de 2002, el Ayuntamiento adjudicó
el servicio de limpieza de 15 distritos a 7 empresas privadas, todas ellas
controladas por grandes constructoras. Las empresas adjudicatarias fueron
Absa (Hortaleza, Barajas, Usera, Villaverde, Tetuán y Fuencarral),
Urbaser (Centro, Latina, Carabanchel y
Vallecas),
Cespa
(Chamartín
y San Blas),
Tecmed
(Puente de Vallecas),
Ferroser
(Vicálvaro)
y
Sufi
(Moratalaz)
El Ayuntamiento, con esas adjudicaciones,
aumentó en un 160 por cien el presupuesto de limpieza y pasó de una
inversión de 42,66 millones de euros en esos 15 distritos a 113 millones.
Todas las empresas se comprometían a utilizar máquinas y vehículos
especiales, que debían ser renovados a los cinco años de su funcionamiento.
En el pliego de condiciones, López Viejo también
exigía a las empresas adjudicatarias la entrega de una pequeña flota de
automóviles
Toyota
para el servicio de inspección, que debían ser comprados en el mismo
concesionario. Para la inspección de la zona Centro, por ejemplo, la empresa
Urbaser (Dragados) facilitó vehículos
Toyota comprados en
Supra
Gamboa, como puede apreciarse en los vehículos que tiene dicho servicio en
la calle de El Barco de Madrid.
Cuando López Viejo decidió crear en la capital
el Servicio de Limpieza Urgente, conocido con el acrónimo
Selur, concedió la exclusiva
por diez años a
Urbaser. También pidió a su director que adquiriera los
Toyota en el mismo concesionario
Supra
Gamboa.Hoy
en día, el
Selur
dispone de una flota de entre 15 y 20 vehículos de la marca japonesa.
A raíz de la obligatoriedad de la compra de los
automóviles
Toyota
para el servicio de Limpieza, López Viejo fue bautizado por los directivos
de las empresas de limpieza como El
Toyota.
UN AMANTE DE LOS GASTOS PARA
PERROS
En la revisión de su gestión, asomaron también
curiosos contratos adjudicados a dedo, por cantidades que fueron de las
995.000 pesetas por organizar una «Conferencia sobre temas de perros» (sic),
a los 7.000.000 pesetas para la «compra de 100.000 huesos para perros» o los
7.700.000 pesetas para la «compra de 100.000 comederos para perros». El
interés por el mundo canino llevó también a pagar 1,9 millones de pesetas
para «la realización de 42 obras de teatro alegóricas del tema canino».
Aguirre corona a López Viejo
Esperanza Aguirre se ha tomado su
tiempo, ha investigado y ha decidido nombrar viceconsejero de Presidencia a
su controvertido pupilo Alberto López Viejo. Este ex concejal de Limpieza
del Ayuntamiento de Madrid, criado a las faldas de la hoy presidenta
regional, ha sido acusado por el PSOE de malversar fondos públicos.
El nombramiento llega dos meses después de que Miguel Angel Villanueva
dejara el cargo para incorporarse al equipo de Alberto Ruiz-Gallardón.Se
produce después de un tira y afloja entre Aguirre e Ignacio González, su
mano derecha y titular de Presidencia, aunque este dijo ayer que no había
habido ningún punto de disconformidad al respecto. Se ejecuta, ante todo,
después de que la propia presidenta tuviera claro que López Viejo estaba
limpio, al menos a su entender. Dicen que lo ha investigado durante los
meses que lo ha relegado al banquillo parlamentario.
López Viejo iba a ser uno de los hombres fuertes del
Gobierno regional tras las elecciones del 26 de octubre. Sin embargo, las
denuncias de la concejala socialista Isabel Vilallonga recogidas por M2
hicieron recular a Aguirre. Hasta que ayer lo rehabilitó con el argumento,
entre otros, de que a ella nadie le va a hacer el Gobierno, tal y como ha
repetido últimamente entre personas de su entorno.
En 2002, López Viejo autorizó el pago a las
concesionarias del servicio de limpieza de 4,85 millones de euros más de lo
estipulado en sus contratos. Dio las órdenes telefónicamente y, según el
PSOE, cuando no tenía dinero en el presupuesto.
López Viejo recurrió de forma sistemática a la fórmula
del Reconocimiento Extrajudicial de Crédito -limitado, por no decir
prohibido por el entonces responsable de Hacienda, Pedro Bujidos- para
afrontar gastos no presupuestados. Él gastaba, y luego ya vería cómo pagaba,
se hartó de denunciar el PSOE.
El ex concejal siempre ha argumentado que se ha movido
dentro de la ley y que todos sus pasos estaban avalados por la firma de los
técnicos municipales.
Las variaciones sobre esta manera de gestionar el dinero
público son interminables: el concejal ordenó que se pagaran, por ejemplo,
las obras de ampliación de cantones de limpieza del Selur cuando en el
pliego de condiciones se dice claramente que la empresa concesionaria debe
hacerse cargo de ese coste. Obviamente, López Viejo lo negó todo, dijo que
su gestión era intachable, el Gobierno municipal de Alberto Ruiz-Gallardón
se negó a abrir una investigación y la oposición ha dejado el asunto en
manos del Tribunal de Cuentas.Esto para empezar.
También en otoño, este periódico publicó que López Viejo
obligó a varias empresas a comprar los vehículos del servicio de limpieza en
un concesionario concreto de la marca Toyota. El viceconsejero explicó en su
día que fueron las adjudicatarias las que acudieron motu proprio a ese
concesionario «porque acreditaba el mayor número de ventas de España y
Portugal».
Entonces se reveló que la empresa Cespa, que contrataba
millones de pesetas con su concejalía, compró mobiliario a la empresa de su
padre. Primero realizó una inversión de 3,5 millones de pesetas y, tras ser
acusado de tacaños por el ex concejal, según se publicó, la sociedad hizo un
desembolso en muebles por valor de ocho millones. El político del PP, por el
que Esperanza Aguirre tiene una especial debilidad, negó que intercediera en
esta transacción comercial.
El nombramiento de López Viejo provocó ayer la crítica
inmediata de la oposición. Rafael Simancas (PSOE) dijo que era reflejo del
enfrentamiento entre Aguirre y Ruiz-Gallardón. «Él lo pone en entredicho y
ella lo premia». La misma tesis sostuvo Fausto Fernández (IU), para quien
esto evidencia las peleas internas del PP. Publicado en El Mundo. 28 de mayo
de 2004
El concejal que
'barría' para casa
Comunidad. Alberto López Viejo, ex concejal de Limpieza (1999-2003) y
diputado tras ir como 'número 6' en la lista de Esperanza Aguirre,
presionaba a las empresas de su área a comprar muebles en la tienda de su
padre y a adquirir vehículos en un concesionario Toyota
Alberto López Viejo, director
adjunto de campaña de Esperanza Aguirre, número seis de la lista del PP por
Madrid y destacado miembro del clan de Becerril, obtuvo favores e impuso
obligaciones comerciales extraoficiales a las empresas adjudicatarias del
servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Madrid.
López Viejo, que fue concejal de Limpieza entre 1999 y 2003 con el alcalde
José María Álvarez de Manzano, obligó a varias de estas empresas a adquirir
los vehículos del servicio en un mismo concesionario de la marca de
automóviles Toyota.
Además, impuso a la sociedad Cespa, que gestiona la
limpieza en varios barrios madrileños, la compra de muebles de oficina en
una tienda que su padre tiene en Madrid y, asimismo, la decoración con
flores de la iglesia donde contrajo matrimonio hace tres años.
El entonces concejal de Limpieza del Ayuntamiento de
Madrid pidió a Cespa, que tiene adjudicado el servicio de limpieza del
distrito de San Blas, que adquiriera muebles de oficina en la tienda de su
padre. Dicha empresa había comprado un edificio en la calle de Albarracín,
sede de la antigua empresa Piaggio, y estaba reformando esas instalaciones
para ubicar allí sus oficinas.
López Viejo se enteró y solicitó a los directivos de la
sociedad el favor. Pero, aunque la sugerencia llegaba tarde, ya que la
empresa había adquirido los muebles para ese edificio en otro comercio, el
entonces edil de Limpieza de Madrid les convenció para que acudieran también
por el negocio de su padre. Y así fue. Cespa, sin ninguna necesidad, compró
inicialmente muebles por un importe de tres millones y medio de pesetas.
Pero las exigencias de López Viejo no terminaron ahí.
Volvió a llamar a la dirección de Cespa para recriminarles que se habían
comportado como unos tacaños por el desembolso mínimo que habían hecho,
según él, en la tienda paterna. Ante esa nueva insinuación, Cespa aumentó el
pedido y se gastó ocho millones y medio de pesetas.Los muebles, como
físicamente no cabían en las nuevas oficinas, fueron apilados en un almacén.
Fernando López Paredes, padre del ex concejal de
Limpieza, es propietario de la sociedad Equipamiento Integral de Oficinas,
que tiene sus instalaciones en la calle de Trifón Pedrero de Madrid. Es una
modesta empresa que fue constituida en 1992 con un capital de medio millón
de pesetas y cuyo objeto social es «la venta al por mayor y al por menor de
todo tipo de muebles y elementos de decoración y la representación de marcas
y fabricantes de los mismos». También figura como socia su esposa, Natividad
Rosalina Viejo, con un porcentaje del 45 por cien de las acciones.
Otra de las sociedades de Fernando López Paredes es Año
2000 Servicios Integrales. En diciembre de 2002 cesó como administrador
único y pasó a ocupar su cargo su nuera, Teresa Gabarra Balsells.La esposa
de López Viejo, que figura como administradora de la sociedad Bares de
Barrio, pertenece a una familia con importantes intereses en el negocio de
la restauración en Madrid. Son los propietarios de la cadena de restaurantes
La Trattoria Romana, Cañas y Tapas y Ribs, entre otros.
Cuando López Viejo y Gabarra Balsells contrajeron
matrimonio hace tres años, la compañía Cespa fue la encargada de facilitar
los centros de flores con los que adornaron la Iglesia de la Plaza de las
Salesas de Madrid. Las flores fueron trasladadas desde los viveros de Cespa
previa llamada de un colaborador del concejal. Según los cálculos de la
empresa de limpieza, su precio superó las 150.000 pesetas, ya que se
instalaron varios centros de flores.
Sin embargo, las imposiciones de López Viejo a las
empresas adjudicatarias del servicio de limpieza no acaban con esas
obligaciones domésticas.También comunicó a sus representantes que quería
uniformidad en los vehículos del servicio en los distintos distritos de
Madrid.Indicó que, a partir de su orden, unos determinados modelos de la
flota automovilística debían ser de la marca Toyota. Y, dentro de la firma
japonesa, el entonces concejal precisó que debían adquirir los vehículos en
el concesionario madrileño Supra Gamboa.Incluso, se metió la mano en el
bolsillo de la chaqueta y se permitió el lujo de repartir entre los
asistentes unas tarjetas de dicho concesionario, según confirmó a EL MUNDO
uno de los asistentes al encuentro.
Otro alto cargo de una de las firmas adjudicatarias
manifestó que varias de las empresas se vieron obligadas a comprar en Supra
Gamboa, para la limpieza de 15 distritos de Madrid, entre 150 y 200
vehículos. Uno de los modelos de Toyota más adquirido fue el Hilux, una
pequeña camioneta valorada en unos veinte mil euros, sin el coste de las
modificaciones para el uso específico de limpieza.
Supra Gamboa es un importante punto de venta de Toyota en
Madrid con oficinas en las calles Ferrocarril, Doctor Esquerdo, General
Ricardos y en la Plaza Agueda Díez, cuyo propietario es José López Gamboa.
En ese concesionario se pueden adquirir todos los modelos que utilizan los
servicios de limpieza del Ayuntamiento de Madrid, pero no tiene la
exclusividad en la venta de unos u otros modelos. En la región de Madrid
existen otros doce vendedores con una treintena de oficinas de Toyota, donde
se pueden adquirir los mismos vehículos y a los mismos precios.
Un agente de ventas de Supra Gamboa manifestó a EL MUNDO
que ese concesionario había vendido diferentes modelos de Toyota a varias
empresas adjudicatarias del servicio de limpieza. Sin embargo, ningún
directivo de la compañía respondió a las reiteradas llamadas de este
periódico. Tampoco contestó a las llamadas de EL MUNDO Carlos López López,
hijo del propietario de Supra Gamboa, quien dirige en la actualidad el
negocio, según la información de un empleado.
Concesión municipal
El servicio de limpieza del Ayuntamiento de Madrid
funciona bajo el sistema de concesión administrativa, previa celebración de
un concurso público. Las compañías obtienen los contratos por distritos
municipales y pagan un canon, generalmente, por una duración de diez años.
En esa licitación se comprometen a cumplir a rajatabla el pliego de
condiciones que les presenta el Ayuntamiento.
Entre esas condiciones de ineludible cumplimiento, López
Viejo introdujo la renovación de la flota automovilística para el servicio
de limpieza en las calles de Madrid.
En septiembre de 2002, el Ayuntamiento adjudicó el
servicio de limpieza de 15 distritos a 7 empresas privadas, todas ellas
controladas por grandes constructoras. Las empresas adjudicatarias fueron
Absa (Hortaleza, Barajas, Usera, Villaverde, Tetuán y Fuencarral), Urbaser
(Centro, Latina, Carabanchel y Vallecas), Cespa (Chamartín y San Blas),
Tecmed (Puente de Vallecas), Ferroser (Vicálvaro) y Sufi (Moratalaz).
El Ayuntamiento, con esas adjudicaciones, aumentó en un
160 por cien el presupuesto de limpieza y pasó de una inversión de 42,66
millones de euros en esos 15 distritos a 113 millones. Todas las empresas se
comprometían a utilizar máquinas y vehículos especiales, que debían ser
renovados a los cinco años de su funcionamiento.
En el pliego de condiciones, López Viejo también exigía a
las empresas adjudicatarias la entrega de una pequeña flota de automóviles
Toyota para el servicio de inspección, que debían ser comprados en el mismo
concesionario. Para la inspección de la zona Centro, por ejemplo, la empresa
Urbaser (Dragados) facilitó vehículos Toyota comprados en Supra Gamboa, como
puede apreciarse en los vehículos que tiene dicho servicio en la calle de El
Barco de Madrid.
Cuando López Viejo decidió crear en la capital el
Servicio de Limpieza Urgente, conocido con el acrónimo Selur, concedió la
exclusiva por diez años a Urbaser. También pidió a su director que
adquiriera los Toyota en el mismo concesionario Supra Gamboa.Hoy en día, el
Selur dispone de una flota de entre 15 y 20 vehículos de la marca japonesa.
A raíz de la obligatoriedad de la compra de los automóviles Toyota para el
servicio de Limpieza, López Viejo fue bautizado por los directivos de las
empresas de limpieza como El Toyota.
LAS 'AMISTADES' DEL RESPONSABLE DE LIMPIEZA. Alberto
López Viejo, en la foto superior junto a Esperanza Aguirre, presidenta
electa de la Comunidad de Madrid, ha tenido un papel más que destacado en la
última campaña electoral del PP. El ex concejal de Limpieza, que ha sido uno
de los coordinadores de la campaña, era uno de los elegidos por Aguirre para
formar parte de su Gobierno. Abajo, oficinas de Supra Gamboa en la calle de
Doctor Esquerdo y sede del negocio del padre del ex concejal. El Mundo10 de
noviembre de 2003
Alberto
tiene un problema con el control de los dominios de su ama
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