La intensa lluvia y
el granizo caídos durante la tarde de ayer provocaron el
caos en muchas partes de la ciudad. El túnel de la M-30 que
enlaza con la carretera de Valencia en sentido salida fue
cerrado al concentrarse el agua en enormes balsas tanto a la
entrada como a la salida. No fue el único problema que vivió
Madrid. Cerca de 200 semáforos se quedaron sin luz y el
tráfico se complicó. Además, la nueva estación de metro de
Bambú, en la línea 1, tuvo que cerrarse por una inundación,
provocada tras un desprendimiento. Entre las cinco y las
siete de la tarde, los bomberos del Ayuntamiento realizaron
el triple de salidas de las que suelen realizar en un turno
completo de 10 horas.
Las infraestructuras de
la capital sucumbieron ayer ante una tromba de agua que, aunque
intensa en algunos momentos, apenas duró media hora en los
barrios que más la sufrieron. Primero cayó lluvia. Luego
granizo. En pocos minutos, uno tras otro, los equipamientos
dejaron de funcionar. El nuevo túnel de la M-30 que enlaza con
la carretera de Valencia, el paso inferior de María de Molina en
sentido A-2, los semáforos de 200 cruces, la nueva estación de
metro de Bambú... La tromba empezó a las cinco de la tarde. Pero
media hora más tarde, pasada la tormenta, no llegó la calma,
porque comenzaron las llamadas a los servicios de emergencia. En
total fueron 260 los avisos recibidos entre las cinco y las
siete de la tarde; el triple de lo que se hace en una jornada de
diez horas de un sábado normal.
El problema principal
se concentró en el túnel de la M-30 que enlaza con la A-3 en
sentido salida, en donde se formaron balsas de agua tanto a la
entrada como a la salida. Hasta allí se desplazó el servicio de
emergencias de Madrid Calle 30, que trabajaron durante toda la
tarde para achicar el agua. Pese a que no se permitía el acceso
a la prensa y las luces de la parte inundada estaban apagadas,
desde el exterior se podía ver el enorme charco de agua
provocado por la lluvia. Sobre las 00.30 de hoy, el ayuntamiento
no estaba en disposición de afirmar si el túnel ya estaba
abierto o no.
"La tromba de agua ha
afectado al túnel igual que lo ha hecho a otras grandes
infraestructuras de la región", aseguró la concejal de
Urbanismo, Pilar Martínez. Con el recuerdo de la cascada de agua
del pasado jueves en otro de los nuevos túneles, a la altura de
San Pol de Mar, Martínez descartó cualquier relación entre ambas
inundaciones. "El del jueves fue un problema por una avería, hoy
[ayer para el lector] ha sido provocado por la gran cantidad de
agua que ha caído en poco tiempo", dijo. Martínez también pidió
"prudencia" a los políticos.
Lo hizo en respuesta a
las declaraciones de los líderes de la oposición. El candidato
del PSOE a la alcaldía, Miguel Sebastián criticó que "una
infraestructura en la que se han invertido más de 6.000 millones
de euros no aguante una tormenta primaveral", y apuntó que sería
"caótico" si sucede un día laborable. Inés Sabanés, de Izquierda
Unida, denuncio "la prisa" del Ayuntamiento por abrir los nuevos
túneles de la M-30.
El de la A-3 no fue el
único problema de la tarde. El paso inferior de María de Molina
en sentido A-2, el acceso desde la M-30 a la avenida de
Miraflores y un carril que se cortó en el subterráneo de
Ventisquero de la Condesa estuvieron cerrados hasta las ocho y
media de la tarde.
La tromba de agua se
dejó sentir especialmente en la zona este de la ciudad. Los
distritos de Puente de Vallecas, Moratalaz, Ciudad Lineal, San
Blas, Hortaleza, Chamartín y Fuencarral concentraron el 75% de
las actuaciones de los Bomberos del Ayuntamiento. En total
fueron 45 las salidas que realizaron. Inundaciones en garajes y
sótanos, caída de falsos techos y de ramas de árbol fueron los
motivos principales de sus actuaciones.
La ampliación de la
línea 1 del metro por el norte de la ciudad, inaugurada hace dos
semanas, sufrió ayer los efectos de la lluvia. La estación de
Bambú quedó anegada de barro por el derrumbe de un muro
adyacente a la entrada al suburbano. Ocurrió alrededor de las
cinco de la tarde. Aunque no llegó a cortarse el paso de trenes,
éstos no se detenían a recoger o dejar viajeros. En la calle, el
aspecto era desolador. Un muro centenario había reventado por
completo. La pared había sido empujada por una montaña de arena
encharcada.
Los cascotes ocupaban
toda la calzada y olían a podrido. Decenas de vecinos miraban
curiosos el trabajo de los bomberos. "Parece que ha sido un
colector, que se ha rebosado", decía uno. El jefe de bomberos lo
explicó así: "El colector estaba atascado y el agua ha empujado
el muro abajo".
Felipe Orquin, vecino
de la zona, se quejó de las obras. "Ese muro lleva muchos años
en pie y nunca había pasado nada. Se ha caído ahora porque han
hecho mal los trabajos", aseguraba. José María Pinar, otro
residente, relacionaba lo ocurrido con las prisas electorales
por abrir el metro. "Vinieron a inaugurarlo y mira ahora", decía
mientras señalaba el muro, ya dinamitado por el agua. En la
consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid desmintieron
tajantemente ser los responsables. "Es un problema del exterior,
de unas tierras que se han movido, pero no tiene nada que ver
con Metro", dijeron. La portavoz aseguró que a Metro le parece
"increíble que se diga que tenemos prisa por inaugurar cuando
sucede algo exterior a la empresa. Querer relacionar el metro
con lo sucedido es ridículo".
www.elpais.es 29.04.07
Un náufrago bajo tierra
Engullido por las aguas en plena M-30. "He
chocado literalmente contra el agua dentro del
túnel", explicó ayer José Luis Magallares, de 37
años. Sobre las cinco de la tarde, este hombre
entró con su coche, un Citröen Xsara, al túnel
de la M-30 dirección sur hacia la carretera de
Valencia, inaugurado hace un año. José Luis,
minusválido (le faltan las dos manos), conducía
un coche adaptado.
Según
cuenta, no había ni un solo indicativo de
problemas en la calzada antes de entrar al
túnel. Pero dentro, José Luis se encontró con
una balsa de agua que no pudo sortear.
"Al
principio pensé que no sería muy profunda y
traté de atravesarla", recordaba. Sin embargo,
no fue así y el vehículo ya no pudo dar marcha
atrás. "El motor se ahogó y llamé al 112",
explicó. Esperó dentro del vehículo hasta que el
agua ya alcanzó el nivel de las ventanillas.
"Ahí decidí salir porque ya estaba muy asustado.
Tuve que hacerlo por la ventana". El momento fue
especialmente dramático. Sin manos, sintió
pánico. "Me he tenido que apoyar en los muñones
para salir", recordó.
En ese
momento, cuenta, llegaba el personal de
mantenimiento de la M-30, "unos veinticinco
minutos" después de haber avisado. El agua les
llegaba a los operarios por el pecho.
"Trataron de remolcar el vehículo y sacarlo del
agua, pero fue imposible. Caía muchísima por las
paredes, era como una cascada. Tuvieron que
desistir. El agua tenía demasiada fuerza". El
coche desapareció dentro del agua. "Ya habría
unos tres metros de altura", recordó. El
vehículo fue rescatado sobre las ocho de la
tarde. Siniestro total. "Me han hecho la puñeta.
Ahora hasta que consiga otro coche adaptado
pasarán meses", se quejaba amargamente.
www.elpais.es 29.04.07
"¿Qué pasaría si
pasase algo en la M-30?", dijo horas antes Sebastián
"¿Qué
pasaría si pasase algo en la M-30?", planteó
ayer el candidato socialista a la alcaldía de
Madrid, Miguel Sebastián, horas antes de que
comenzara a llover sobre la capital. La ironía
estriba en que utilizó el lema de la campaña
publicitaria del Ayuntamiento sobre la mejora de
la ciudad -¿Qué pasaría si no pasase nada?-
para criticar la cascada de agua que inundó
parte de un túnel de la M-30 el pasado jueves,
sin imaginar que la historia se repetiría esa
misma tarde.
Sebastián pronunció estas palabras en un mitin
en el colegio Gredos San Diego (Puente de
Vallecas). Apareció con puntualidad española, es
decir, 10 minutos tarde, al ritmo de la música
del partido y junto al candidato a la Comunidad
de Madrid, Rafael Simancas, el senador Juan
Barranco y el ministro del Interior, Alfredo
Pérez Rubalcaba. Éste también se refirió a la
vía de circunvalación: "Nos prometieron
Disneylandia, pero estaba pareciendo Sarajevo y
terminó siendo Venecia". Son los "riesgos",
dijo, de inaugurar "precipitadamente".
Por la
tarde, tras la enorme tormenta caída sobre
Madrid, Miguel Sebastián consideró "intolerable
que los madrileños hayan vuelto a sufrir las
consecuencias de la lluvia en la M-30". Según el
candidato a alcalde, los efectos de la lluvia
fueron "menores porque se trata de un sábado de
puente". Y agregó: "Si esto pasa un día
laborable, las consecuencias serían caóticas".
Sebastián también culpó al equipo de Alberto
Ruiz-Gallardón de haber inaugurado los túneles
de la M-30 "sin la más mínima garantía de
seguridad y respondiendo únicamente a los
intereses electoralistas del Partido Popular".
www.elpais.es 29.04.07
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