CELIA: EL CASO DE LA 'VILLALOBOS'

Es la reciente respuesta a uno de los dirigentes del PP más importantes del maridísimo, un poder fáctico fácilmente reconocible en el PP, en la que restaba importancia a la también reciente y monumental polvareda levantada por su esposa tras una entrevista en La Sexta el sábado 21 de febrero.

Por si no tuviera suficiente, 80 horas más tarde alcanza su mayoría de edad internáutica y una inmensa iracundia en la red cuando un avezado redactor de La Marea pilla a la intrépida parlamentaria andaluza concentrada en su iPad. Pasadas las 19.30, Jesús Posada, presidente del Congreso, necesitó ausentarse y de paso atender algunos papeles en su despacho de la Carrera de San Jerónimo.

-Celia, ponte al mando.

Tomó el control, pero del iPad que el Congreso regala a los diputados. Aunque no era la primera vez que Villalobos dedicaba su tiempo vicepresidencial a estos menesteres, tuvo la mala fortuna que en esta ocasión el que respondía ferozmente al diputado Alberto Garzón era Mariano Rajoy, su jefe de filas. Pero nunca hay color entre demostrar habilidades con el jueguecito Frozen (de una película de Disney) y atender la réplica de un primer ministro a un diputado tocapelotas. A partir de esa pillada, Celia quedará congelada para siempre en el paredón de las redes sociales. Lo sustancial políticamente es su posición proabortista, pero lo relevante socialmente era el congelado aburrido de una vicepresidenta menoscabando la dignidad de la presidencia soberana. ¡Así es la vida!

Celia Villalobos Talero (Benalmádena, 18-4-1949), la antigua militante comunista que ingresó en la Alianza Popular recién fundada por Manuel Fraga hace más de 30 años, ha tenido su semana de gloria y pasión como estrella del partido en el Gobierno cuya dirección suele sonreír cuando se les plantea la cuestión Villalobos. ¡Cosas de Celia!

Nadie la llama al orden

¿Quién la llama al orden? "Ya ni se la llama al orden, para qué...", responde un antiguo responsable de la disciplina parlamentaria. "Es como es... Punto... Con 65 años, su posición y su carácter, a ver quién demonios es capaz de poner el cascabel a la gata malagueña que rompe el discurso oficial cuando le viene en gana y disfruta de presentarse ante la sociedad como una ex ministra transgresora, en ocasiones zafia y maleducada, pero que siempre encuentra eco mediático a sus bufonadas... Tampoco creemos que nos haga daño políticamente. Ya no está en el núcleo dirigente del partido e incluso tiene sus seguidores, aunque le trituren en las redes con sus salidas de pata de banco".

Ha sido la semana del matrimonio-coalición Arriola & Villalobos. Mientras Pedro preparaba con su cliente Rajoy el Debate sobre el Estado de la Nación, unas horas antes Celia lo calentaba en su entrevista con los amigos de La Sexta, el canal que, según María Dolores de Cospedal, "sólo nos cita para insultarnos, vituperarnos y denigrarnos sin ningún respeto y sin ninguna objetividad". Villalobos, vestida como si fuera una veinteañera, se despachó a gusto: "Los que no caben en mi partido son las personas que dicen no al aborto, no a las relaciones prematrimoniales, no a las madres solteras, porque todo no cabe".

La "maruja de pueblo" -como ella misma se define- estaba pisando la herida más sangrante en el vasto universo popular. "Lo del jueguecito es eso: un juego al lado de sus declaraciones urbi et orbi sobre un tema que afecta a millones de votantes del PP", asegura un alto dirigente que, además, forma parte del Consejo de Ministros. Tras estas declaraciones, diversas organizaciones católicas pusieron el grito en el cielo y decenas de miles de mensajes llegaron hasta Génova 13 exigiendo la expulsión de Villalobos. "Máxime cuando el grupo de 16 diputados y senadores pro-vida encabezados por Luis Peral, Eugenio Azpiroz, Beatriz Elorriaga y Lourdes Méndez Monasterio había aceptado no hacer demasiado ruido en la próxima convocatoria antiabortista que en el fondo es una manifestación contra su propio gobierno".

"Cállate, Celia, evapórate una temporada, pasa desapercibida, si no quieres desmentirte porque es imposible, no hagas más ruido", le aconsejó a comienzos de la semana un parlamentario amigo de los pocos que le quedan tras lo que muchos han considerado un "insulto" por parte de la mujer de Arriola. No hay que olvidar que el recurso contra la Ley Zapatero fue firmado por 50 diputados del PP. "Lo del Frozen es lo menos relevante, aunque no deja de poner en evidencia la escasa quality de la diputada por Málaga", que por una o por otra siempre termina montándola.

La soledad de Villalobos dentro de sus propias mesnadas es al día de hoy patética en puro verbo rajoniano. La niña-abuela consentida se ha dado cuenta que la cuerda se ha roto; que ha jugado con los intereses de sus compañeros (muchos tienen muy difícil repetir la próxima legislatura) y chapoteado en un lago que divide el voto del centro derecha. Nada tiene de extraño que haya hecho caso, por una vez, a la voz de alguna compañera y haya decidido desaparecer tras el reciente debate parlamentario. Por vez primera en su larga vida política.

Fuentes próximas a Rajoy no tienen reparo en admitir que por vez primera se le ha visto "enojado", incluso, "muy enojado" al considerar que ha hecho un flaco favor al partido. El socavón intentó ser reparado por el portavoz parlamentario Rafael Hernando con ocasión de la defensa del Gobierno: "En el PP, dijo textualmente, no sobra nadie, caben todos...". Punto.

En plena partida de 'Frozen' este martes en el Debate.
No puede decirse que el PP no haya sido generoso con Villalobos. Su principal input fue arrebatar la alcaldía de Málaga a la izquierda (1995), un logro que José María Aznar agradeció nombrándola ministra de Sanidad en abril de 2000. Dos años después la cesaba tras haber montado el numerito del caldo en plena crisis de las vacas locas, lo que provocó un monumental enfado del matrimonio, que dejó de hablarse con el entonces presidente.

"Celia cree que va en el escalafón inmediatamente después del presidente", señala una compañera de escaño. "Y no es así. Es cierto que es una de las militantes más veteranas, que ha ganado elecciones y que siempre mantuvo un discurso populista/socialdemócrata/ácrata que nos ha venido bien pero no termina de aceptar que se le ha devuelto con creces sus méritos e incluso los de su marido. Pero el tiempo todo lo puede y no debe olvidar que la mamandurria tiene fecha de caducidad". "Pelea sus intereses con el cuchillo entre los dientes. Como cuando en 2004 el PP perdió la presidencia del Senado porque se puso burra en tener una vicepresidencia en el Congreso", recuerda otro de sus damnificados.

Esta es la cuestión: Arriola. El secreto de la esfinge. ¿Está donde está por Arriola? ¿Se le aguanta lo que se le tolera por Pedro? En realidad el matrimonio -admite un profundo conocedor de esa entente- funciona como funciona desde hace años. "Pero negar que gran parte de sus órdagos políticos los ha podido echar por ser la mujer de Arriola es algo que todo el mundo en el PP sabe y conoce".

Su obsesión por presentarse como un verso suelto e independiente, con poder autónomo dentro del centro derecha viene a demostrar que en su larga carrera (repleta de anécdotas chuscas, enganchadas chulescas y descaros) algo ha tenido que ver dormir con quien duerme. ¡Cosas de Celia!, vuelve a insistir Arriola cuando le preguntan por los charcos de su mujer.

Los Arriola eran amigos de los Aznar. Luego se fueron distanciando. De Mariano y Viri nunca lo fueron en sentido estricto. El presidente no suele intimar fácilmente con gente que no es de su círculo interior de toda la vida. En el caso de Pedro y Celia ha preferido mantener la relación en un plano estrictamente profesional: de cliente a consultor. Pero el roce hace el cariño. Y para Rajoy, Celia no es una diputada normal. ¡Faltaría más!

En el PP -tras sus declaraciones proabortistas- se abrió un debate acerca de los portavoces televisivos. Quién acude a qué. No es verdad como dicen algunos canales que sea en el cuartel general del partido donde se decide la presencia de Celia. Son los propios canales los que la invitan, seguros de que no pasará desapercibida. Su estipendio es el secreto mejor guardado junto con las dietas del pequeño Nicolás.

Para el actual entourage fáctico de Génova 13, personas como Pablo Casado, Arenales Serrano, Rafael Merino, Bermúdez de Castro, Esteban González Pons o Isabel García Tejerina son los rostros que representan -incluso por edad, generación y talante- más cabalmente el PP de Rajoy y Cospedal.

Pero es un hecho cierto que hasta la fecha nadie ha osado pararle los pies a Villalobos cuando se anuncia su presencia en algún plató. ¡Te puede tirar por la ventana!

"Quizá si en las próximas elecciones se confirma lo que auguran las encuestas sea el momento de jubilar la vieja guardia del partido", señala un miembro del Gobierno que también se incluye él en ese paquete. Pero, por de pronto, el paquete que iría seguro a la jubilación -sin problemas ya para atender las facturas dado que entre ambos se llevan cerca del millón de euros anuales (120.000 corresponden a Celia que dispone además de aparato administrativo, chófer y coche oficial)- sería el formado por Arriola & Villalobos, que han consumido sus últimos seis lustros bien pagados a lomos de una formación formidable en militancia (876.890 fieles) donde sus bases han demostrado aguantar todos los errores de Arriola, todos los Correa y Bárcenas del universo y todas las excentricidades de la diputada Villalobos.

Por una vez, se busca a Celia y no se la encuentra. Está missing. ¡Ozú!

http://www.elmundo.es/cronica/2015/03/01/54f0d82a22601de47a8b4570.html

Celia Villalobos, pillada jugando al Candy Crush

Hay adicciones que matan (el aburrimiento). Celia Villalobos, vicepresidenta primera del Congreso de los Diputados, no ha podido resistir la tentación y, en mitad del debate del Estado de la Nación, ha sacado su iPad y se ha puesto a jugar al Candy Crush, como se puede ver en el vídeo difundido por La Marea, mientras presidía el discurso del presidente del Gobierno. Ella dice que estaba leyendo la prensa pero, según dicho medio, estaba jugando.

Minutos después la misma Villalobos censuraba a Joan Coscubiela (ICV-EUIA) por su falta de respeto al intentar llamar "capo" a Mariano Rajoy. La vicepresidenta del Congreso le ha apagado en dos ocasiones el micrófono para evitar que pronunciara esa palabra. A ella, al menos de momento, nadie le ha apagado el iPad.

Villalobos no es la primera política que sucumbe a los caramelos. El pasado diciembre, al político británico Nigel Mills también le pillaron jugando al Candy Crush durante un debate sobre pensiones en la Cámara de los Comunes. Entonces, el periódico 'The Sun' afirmó que Mills estuvo sumando puntos durante más de dos horas. "Garantizo que no volverá a pasar", escribió Nills en twitter, a modo de disculpa.

Tampoco es el primer 'desliz' virtual español. Los diputados 'populares' de la Asamblea de Madrid Bartolomé González y María Isabel Redondo fueron 'cazados' jugando al Apalabrados durante un pleno, en 2012. Claro que mucho antes de eso, en 2002, y en la misma institución, tres diputados del PP fueron sancionados por ver vídeos porno durante una asamblea. También en 2012, la ministra de Empleo Fátima Báñez publicó un tuit con su puntuación en otro juego estrella, Bubble Shooter. Bañez se disculpó echándole la culpa a sus hijos.