El juez impone elevadas fianzas a los policías que urdieron el montaje sobre el 11-M
" La emisión de noticias debe realizarse con veracidad ....los rumores no deben confundirse con las noticias. Los titulares y enunciados de las noticias deben subrayar lo más fielmente posible el contenido de los hechos y datos "
( Código Deontológico Europeo de la Profesión Periodística. Resolución aprobada por unanimidad en Estrasburgo, 01.0793 )El juez Juan del Olmo ha decretado la prisión eludible con fianza de 150.000 euros a cada uno de los dos policías, Celestino Rivera y Antonio Jesús Parrilla, encausados por delito de revelación de secretos que derivó en un montaje para relacionar los citados delitos con el atentado del 11-M y difundir la información falsa a través del diario El Mundo. Para sostener su acusación, el juez Del Olmo vuelve a remitirse a conversaciones grabadas durante la investigación en la que se prueba como la filtración de los policías iba dirigida a vincular los hechos con el 11-M pese a la ausencia de pruebas.
En los autos dictados por Del Olmo, en los que fija las fianzas para Celestino Rivera y Antonio Jesús Parrilla, se reproducen las conversaciones entre los dos policías y un periodista de El Mundo, que, a juicio del magistrado, evidencian la existencia de un delito de revelación de secretos de los que tenían conocimiento por su condición de policías y que ha causado un grave perjuicio a la causa pública.
En esas resoluciones se precisa que "el contenido de los artículos publicados los días 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2006 en el diario El Mundo, (...) señala la existencia de informaciones procedentes de 'fuentes cercanas a los investigados', coincidiendo significativamente con una de las conversaciones mantenidas por el imputado Celestino Rivera y el periodista".
En dichos artículos, según los autos, se está relatando una "investigación policial y judicial secreta por actuaciones delictivas graves, en las que podrían estar implicadas varias personas (algunas de ellas miembros de las Fuerzas de Seguridad), con utilización de medios de investigación que exigen la máxima discreción (a riesgo de perder su efectividad) y que requieren el indispensable sigilo".
El juez agrega que "son esos artículos, publicados por un medio de comunicación, firmados por un periodista que mantenía una estrecha, sostenida y cautelosa vinculación con los imputados Rivera y Parrilla, los que han perjudicado gravemente la causa pública", es decir, la investigación abierta por el supuesto tráfico de explosivos, el tráfico de drogas y las detenciones ilegales de dos personas que se han tratado de vincular falsamente con los atentados del 11-M. Tales artículos, según las resoluciones dictadas ayer, "obedecían a una relación previa entre el citado periodista y quienes se ha acreditado tuvieron una reunión con él el día 27 de noviembre de 2006, además de reiterados contactos telefónicos con explícitas referencias a lo que iba a constituir el artículo del 30 de noviembre de 2006 y el posterior del 1 de diciembre de 2006".
Del Olmo destaca que inferir de todo ello que Rivera y Parrilla tuvieron participación en la revelación de todos o algunos de los datos que recogidos en los citados artículos, [y] afectaron gravemente la causa pública a la que como funcionarios, y especialmente como agentes de la Autoridad, estaban especialmente obligados, es una deducción lógica en este momento procesal".
A juicio del magistrado, la vía o medio utilizado por los dos policías para obtener información, documentos o datos de cualquier tipo relativos a la causa penal que se estaba investigando, así como la motivación de sus actuaciones o los fines que perseguían, "no debilita la conclusión incriminatoria".
Para Del Olmo, tanto Rivero como Parrilla conocían "el grave daño o perjuicio que a la causa penal, declarada secreta explícitamente por el órgano judicial (y que por los medios de investigación utilizados, intervenciones telefónicas, era evidente para un funcionario policial que así estaría declarada), que la revelación y transmisión de información a un periodista iba a implicar para la causa pública. Y lejos de evitar ese comportamiento, se alegran de los gravísimos perjuicios que iba a ocasionar, en una actitud absolutamente reprobable para un funcionario público, y en mayor medida para un policía".
El juez fija también una fianza de 250.000 euros para el abogado Gerardo Hermoso, implicado en la trama de corrupción policial de tráfico de drogas y explosivos desarticulada hace dos semanas, y mantiene la prisión provisional para el policía José Luis González Clares.
En el auto judicial, Del Olmo sostiene que el abogado es supuestamente el elemento que relacionó a las cuatro personas que intervinieron en el "montaje" de la atribución a la ciudadana rusa Svetlana Murinova de una participación en una supuesta operación de tráfico de drogas.www.elpais.es 16.12.06
"[Mi jefe] ha obligado a entrar a Rajoy en el tema"
El auto del juez Juan del Olmo en el que impone fuertes fianzas para los policías acusados de pertenecer a una mafia policial y a los agentes encarcelados por revelación de secretos incluye la transcripción de una conversación no conocida hasta ahora. En ella el redactor del diario El Mundo Fernando Lázaro y el policía Celestino Rivera ponderan el efecto de la información publicada el día 30 por dicho diario, donde sin ninguna prueba se intenta vincular a la trama policial con el 11-M. Ambos conversan sobre cómo Pedro J. Ramírez ha hecho hablar al líder del PP, Mariano Rajoy, sobre el asunto, y sobre cómo lo vincula con el chivatazo sobre la operación de la trama de extorsión de ETA, aunque nada tenga que ver.
Fernando Lázaro. ¿Cómo estás, chaval?
Celestino Rivera. Hombre, Lázaro. ¿Qué pasa?
F. L. ¿Qué pasa? Te he pillado mal, ¿verdad?
C. R. Bueno, aquí andamos, no..., pero dime (...).
F. L. Vale, el padre del confite está en el talego, ¿correcto?
C. R. Sí.
F. L. Y está en el talego por qué; ¿por tráfico de lo de las dos cosas? (...).
C. R. Por drogas y armas.
F. L. No hay armas; ¿pero tiene que ver con los GRAPO o no?
C. R. No, no, no (...).
F. L. Y está cumpliendo todavía, y éste es al que le pasaron de Galicia a Madrid...
C. R. Efectivamente (...).
F. L. Vale, ¿algún movimiento habéis detectado, algún ruido, alguna música, nada...?
C. R. Nada, macho; es el silencio absoluto de la música.
F. L. Ya, es acojonante.
C. R. He visto a tu jefe [Pedro J. Ramírez], he oído a tu jefe esta mañana en la radio [la Cope].
F. L. Bien, eh, ha estado ahí dando caña y le ha preguntado al Rajoy; le ha obligado a entrar a Rajoy en el tema...
C. R. Sí, sí.
F. L. O sea, que bien (...).
C. R. No se ha meneado ni una pinza.
F. L. Nada, no; yo de lo que voy..., bueno, a mí, de hecho, no me atienden ni los teléfonos hoy..., oficiales, ¿eh?
C. R. Nada, ¿no?
F. L. No, no; no está la gente; se ha cerrado ahí la casulla.
C. R. Sí.
F. L. Vamos, yo, mañana, lo que voy a contar es que los sospechosos éstos que se están investigando están implicados en..., podían estar implicados en tramas de tráfico de heroína y en algún asesinato.
C. R. ¡Ah!
F. L. Que eso te gusta a ti...
C. R. A mí me gusta mucho, hijo (...).
F. L. Lo de la heroína se está mirando, ¿no? Pues ya está.
C. R. Sí (...).
F. L. Claro, no sé; no sé, tío. Está la gente muy... Hoy no me quiere coger nadie, debe de ser [se ríe], debe de ser que debo de ser muy peligroso yo hoy.
C. R. Sí.
F. L. ¿Joder!
C. R. Sí, pero tu jefe [Pedro J. Ramírez], tu jefe es el mejor.
F. L. No, mi jefe es el más grande, tío.
C. R. ¡Joder!
F. L. Es que el hijo de puta es más listo que la hostia.
C. R. Sí.
F. L. Cómo ha vinculado esto [en la radio] con el chivatazo [a la trama de extorsión etarra], ¿eh?
C. R. ¿Has visto el parrafito pequeño que ha escrito él?
F. L. ¿Cuál?
C. R. Uno...; en la portada, no; en la siguiente.
F. L. Sí, qué listo es, [se pisan] cómo la ha liado. ¿El de los informes [sobre el 11-M] no?
C. R. Sí, sí [se ríe].
F. L. A mí se me había pasado por completo, tronco (...).
C. R. Pues muy bueno
F. L. Cosas de barandas; vale; pues, si hay alguna cosa, avísame, ¿vale?
C. R. Yo esta semana hago la gestión ésa sin falta, hijo (...).
F. L. Vale, pues seguimos en contacto, tronco.
C. R. Venga, un abrazo.
F. L. Un abrazo, hasta ahora.
www.elpais.es 16.12.06
El magistrado mantiene la prisión para José el Moro
El juez Juan Del Olmo ha decidido mantener en prisión incondicional al policía José Luis González Clares, José el Moro, personaje clave en la trama de tráfico de drogas y de explosivos que derivó en un montaje sobre el 11-M. El agente supuestamente participó en una conspiración para implicar falsamente a una ciudadana rusa en un delito de tráfico de drogas para, tras su detención, arrebatarle la custodia de sus hijos en favor del abuelo de los niños.
González Clares intervino presuntamente también en otro montaje, en el que se simuló la entrega de 5,5 kilos de explosivos, que luego se pretendieron vincular con los atentados del 11-M.
El juez Juan del Olmo señala en su resolución que "el imputado aparece como elemento nuclear personal en la supuesta trama delictiva, dirigida a ejecutar acciones graves de la más diversa índole, con menosprecio absoluto a su función policial, y prestando su labor policial para obtener designios ilegítimos, propios o ajenos (en este caso, sin que se excluya la obtención de algún tipo de beneficio ilícito), y despreciando valores tan esenciales, a los que como funcionario policial está especialmente obligado a preservar, como la libertad personal y el respeto a la Administración de Justicia".
El supuesto narcotraficante Manuel Romero Moreno, que también utiliza el nombre de José Romero Montoya, y su esposa Isabel García permanecerán en prisión, al menos de momento. Ambos intervinieron supuestamente en la conspiración con la entrega de droga que determinó la detención ilegal de la ciudadana rusa Svetlana Murinova, mientras que Romero participó en la entrega simulada de los 5,5 kilos de explosivos Goma 2 Eco y Riogel Troner. www.elpais.es 16.12.06
DEL OLMO ENVÍA A LA CÁRCEL A LOS POLICÍAS QUE URDIERON EL MONTAJE SOBRE EL 11-M
El juez Juan del Olmo envió anoche a prisión a seis de los siete implicados en una trama delictiva, con robo de explosivos Goma 2 ECO, que derivó en un montaje para relacionar los delitos con el atentado del 11-M y difundir la información falsa a través del diario El Mundo. Entre los encarcelados figuran tres policías, uno de ellos por detención ilegal, tráfico de drogas y tráfico de explosivos, y los otros dos agentes, por revelación de secretos con perjuicio para la causa pública. Estos dos policías fueron los que facilitaron a El Mundo la información falsa. Uno de los agentes intentó suicidarse.
Del Olmo ordenó la prisión para los policías José Luis González Clares, José el Moro, Celestino Rivera, El Funci, y Antonio Jesús Parrilla y para el supuesto narcotraficante Manuel Romero, su esposa Isabel García y el abogado Gerardo Hermoso en relación con los delitos de detención ilegal, tráfico de drogas y de explosivos, y revelación de secretos. Para un cuarto policía, Luis López Hidalgo, el juez fijó una fianza de 10.000 euros al considerar que aunque participó en la detención ilegal de la ciudadana rusa Svetlana Murinova, los indicios contra él no tienen la "consistencia y pluralidad, amén de contundencia", que para José El Moro.
Los policías ingresaron en la prisión de Meco, mientras que el matrimonio y el abogado fueron internados en la cárcel de Soto del Real, ambas de Madrid.
Los siete imputados negaron su participación en todos los hechos delictivos que se les imputan, pero el magistrado ha puesto de manifiesto las contradicciones en las que han incurrido y ha ordenado la prisión incondicional de todos, excepto López Hidalgo, ante el riesgo de fuga y sobre todo por la posibilidad de destrucción de los medios de prueba, habida su condición de policías.
Bajate completo el auto del Juez Del Olmo ( pdf )
La investigación judicial ha acreditado la existencia de una trama delictiva compuesta por el policía José Luis González Clares y el supuesto narcotraficante Manuel Romero que, junto a su esposa y el abogado, colaboraron para implicar a Murinova en un delito de tráfico de drogas, imputándole la compra de 950 gramos de cocaína, de manera que perdiera la custodia de sus dos hijos. La mujer había estado casada con el hijo del abogado, que con este ardid de la trama delictiva conseguía recuperar la custodia de los menores.
Esa trama delictiva siguió actuando y planeó una supuesta confidencia de tráfico de explosivos Goma 2 ECO con la que lograr el acercamiento a una cárcel de Madrid del padre de Manuel Romero, preso en Galicia. A partir de este momento, entran en acción los policías Celestino Rivera y Jesús Parrilla, quienes entran en contacto con el diario El Mundo para convertir el falso tráfico de explosivos Goma 2 ECO, robado en una cantera de Colmenar Viejo (Madrid) en una supuesta noticia que vinculaba los hechos con el atentado del 11-M.
El diario El Mundo difundió en su primera página la supuesta revelación del tráfico de explosivos Goma 2 y lo vinculó al 11-M con datos falsos facilitados por los agentes, a los que el juez Del Olmo atribuye un delito de revelación de secretos con perjuicio para la causa pública. La investigación judicial acreditó estos hechos con grabaciones telefónicas de los policías con redactores del diario madrileño, grabaciones que figuran en el auto.
El 2 y 3 de noviembre de 2006, un policía de la Brigada Provincial de Información de Madrid, que estaba investigando la incautación en agosto de este año de algo más de cinco kilos de Goma 2, se reunió con Celestino Rivera. El 3 de noviembre, González Clares recibió varios mensajes en su móvil de una persona relacionada con Celestino Rivera, en la que le pregunta si conoce a varios de los investigados.
En un mensaje posterior se menciona a Funci (Rivera) y González Clares llega a saber que le están investigando y que tiene el teléfono pinchado. Del Olmo amplió las escuchas telefónicas al teléfono de Celestino Rivera, en las que se descubren las conversaciones que está teniendo con un periodista de El Mundo y están preparando un reportaje sobre el supuesto tráfico de explosivos. A las citas con el periodista acude también Antonio Jesús Parrilla, destinado en la Comisaría Villa de Vallecas y jefe de grupo de policía judicial al que pertenecía Celestino Rivera.
El Mundo publicó el 30 de noviembre un reportaje sobre la investigación de los explosivos incautados el 15 de agosto en Leganés, en el que figuran datos de un documento intervenido en el domicilio del Rivera.
"Mañana va en primera, a 'to' trapo y metiendo mucho ruido"
El auto del juez Juan del Olmo hecho público anoche recoge el resultado del seguimiento que se hizo a los policías implicados en la trama delictiva del robo de explosivos y en el montaje informativo posterior que intentaba alimentar la teoría conspirativa sobre los atentados del 11-M.
El auto detalla las conversaciones mantenidas "entre el periodista de El Mundo Fernando Lázaro y el policía Celestino Rivera".
El Mundo (periodista a policía, 24 de noviembre). "Lo tengo a puntito. Para no quemar la manifestación del sábado [de la Asociación de Víctimas del Terrorismo contra el Gobierno por el proceso para el fin del terrorismo de ETA], quiero que sea para el lunes".
El Mundo (28 de noviembre). "¿Qué ocurrió al final con lo de ayer?".
Policía. "No es positivo"
El Mundo. Mucho mejor, el tema ya lo tiene el sheriff. El material ya lo tiene el jefe y lo está leyendo. Te informaré cuando sepa algo.
El Mundo (29 de noviembre). "La vamos a liar". "Mañana vamos a hacer mucho ruido. ¿Lo está investigando la Brigada?".
Policía. "Me han comentado que está archivado. ¿Va mañana en primera".
El Mundo. "Si, y a to trapo, metiendo mucho ruido".
Policía a Policía (Celestino Rivera a Antonio Jesús Parrilla). "En primera, mañana".
El Mundo publica el 30 de noviembre una información sobre el caso en su primera página que decía lo siguiente: "Investigan una trama policial por traficar con Goma 2 ECO en Madrid. Entre los supuestos implicados figura un agente que estaba en la comisaría de Vallecas la noche en que apareció la mochila sobre la que se sustenta la versión oficial del 11-M. Las pesquisas tienen su origen en la fallida entrega en agosto de 5 kilos de Goma 2 conectados a detonadores en un parque de Leganés próximo al piso donde murieron los islamistas".
El Mundo (30 de noviembre). "¿Qué tal todo?".
Policía. "Fenomenal. Un diez".
El Mundo. ¿Podemos hablar?
Policía. No.
Estas conversaciones, según explica el auto del juez Del Olmo, se graban como consecuencia del seguimiento de uno de los policías implicados en los hechos, Celestino Rivera. "Los investigadores policiales, de la investigación del teléfono de Rivera determinan que el policía mantiene una relación constante con el periodista del diario El Mundo Fernando Lázaro y que están teniendo contactos para preparar una información que ha de salir en el diario El Mundo en algunos días relativa al asunto de los explosivos intervenidos el 15 de agosto de 2006".
El seguimiento permite averiguar a los investigadores de la policía que el 27 de noviembre, el periodista y el policía se citan en un bar situado en la calle del Doctor Esquerdo. A esa cita también acude Antonio Jesús Parrilla. "Los agentes observaron que en una de las mesas del establecimiento se encontraban sentados los dos policías con el periodista y encima de la mesa se podían ver varios documentos aunque sin distinguir lo que había escrito en ellos. Una vez terminada la reunión, uno de los policías y el periodista abandonaron juntos el lugar mientras que el tercero lo hizo solo a bordo de un coche camuflado de la policía".
Uno de los agentes intenta suicidarse en el calabozo
Antes de conocer la decisión del juez, uno de los policías, Celestino Rivera, intentó suicidarse en los calabozos de la Audiencia Nacional tomándose todo el bote de pastillas que llevaba para una dolencia cardiaca.
El compañero de calabozo del agente Rivera, el también policía Jesús Parrilla, acusado de revelación de secretos, advirtió a los agentes que los custodiaban en la Audiencia Nacional de que Rivera comenzaba a hablar de forma incoherente. Entre las últimas frases que pronunció Rivera, su compañero Parrilla pudo entender que había ingerido todas las pastillas que tenía de golpe. Parrilla avisó al agente que custodiaba el lugar, y entre los dos le provocaron el vómito, tras lo que solicitaron ayuda médica, que le fue prestada de inmediato por los servicios de emergencias, que consiguieron estabilizarle. Los servicios de emergencias del SAMUR-Protección Civil atendieron de inmediato a Rivera -a quien la Fiscalía imputa un delito de revelación de secretos-, que se encuentra fuera de peligro.
Condecoración
Celestino Rivera Santos fue propuesto para una condecoración el pasado mes de julio. Fuentes policiales informaron a Servimedia de que los superiores de Rivera, que ha estado destinado en la comisaría de Puente de Vallecas, propusieron a los mandos del cuerpo que se concedieran al agente la "medalla roja" por su labor en la lucha contra el tráfico de drogas. Las fuentes consultadas aseguraron que la propuesta de esta condecoración finalmente no prosperó, a pesar de que los superiores inmediatos del agente informaron a favor de la concesión de la misma.
www.elpais.es 06.12.96
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