11-M : Goma 2 ECO en los escenarios del crimen  

El atentado terrorista más grave cometido en España, el 11 de marzo de 2004, ha tenido la investigación más exhaustiva en la historia de nuestro país. Durante 28 meses, el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha dirigido unas pesquisas en las que se han rastreado miles de llamadas telefónicas -como nunca anteriormente-, se han elaborado decenas de informes periciales de una complejidad extrema, se ha movilizado a cientos de agentes de policía y de guardias civiles, se han formalizado comisiones rogatorias e investigado otras tramas de terrorismo internacional. EL PAÍS, una vez concluido el sumario del 11-M, inicia una serie de artículos sobre esta investigación judicial.

Goma 2 ECO en los escenarios del crimen. Ciento treinta kilos de dinamita del tipo Goma 2 ECO, una sustancia gelatinosa y blanca de gran capacidad destructiva, fueron distribuidos en 13 bolsas de deporte y repartidos por los vagones de cuatro trenes que hacían el recorrido entre Alcalá de Henares y Madrid en la hora punta de la mañana del 11 de marzo de 2004. Diez de esas bombas estallaron a las 7.40 de aquel día activadas por el zumbido del servicio despertador de otros tantos teléfonos móviles adosados a las cargas explosivas. Tres mil personas viajaban a esa hora en esos trenes: 191 murieron y otras 1.500 resultaron heridas.

Los policías expertos en desactivación de explosivos que acudieron a los cuatro focos donde estallaron las bombas tomaron muestras de "metal, plástico, telas, clavos diversos, material aislante, tierras y sustancia pulverulenta de color rosado (utilizada en la extinción de incendios)" para efectuar los primeros ensayos analíticos sobre la única pista disponible en ese momento para aclarar el mayor atentado en la historia de España.

LA PRIMERA PISTA Componentes de dinamitas

El informe de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos NBQ remitido al juez (páginas 119 y siguientes del auto de procesamiento), señala que en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia, El Pozo y en el tramo de la calle Téllez donde explotaron los artefactos explosivos se comprobó la presencia "de algunos componentes [sin especificar cuáles] de los explosivos conocidos como dinamitas".

De los 12 focos de explosión analizados (10 artefactos que estallaron y dos más que fueron explosionados por la policía), los Tedax acreditaron la presencia de "componentes de dinamita" en 10 de ellos, en otros dos (foco número 2 de la calle de Téllez y foco número 3 de la estación de El Pozo), no hallan "ninguna sustancia digna de mención".

Los policías que firman el informe recuerdan que es imposible "signar el nombre comercial de la dinamita que ha sufrido una reacción explosiva, ya que en ella desaparecen determinados componentes que hacen imposible tal designación". En las primeras horas tras el atentado, algunos mandos policiales informaron a los dirigentes políticos del Gobierno del PP de que la dinamita utilizada fue Titadyne, la empleada por ETA durante los últimos años. Aquella información llevó al ministro del Interior, Ángel Acebes, a mantener que ETA había puesto las bombas en los trenes. Sólo unas horas después, la policía descartó al completo que se tratara de ese tipo de dinamita.

El 7 de julio de 2004, algunos meses después del atentado, el comisario jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, detalló ante los diputados que investigaban el 11-M en el Congreso algo que no figuraba en los informes y que el PP, muchos meses después, considera clave para cuestionar toda la investigación judicial y policial.Sánchez Manzano declaró: "En algunos casos, no en todos, cuando se hace el análisis de los restos del foco de la explosión logramos encontrar restos de nitroglicerina, y la nitroglicerina es el componente de todas las dinamitas", explica el comisario. Cuando en la misma comisión de investigación, el diputado popular Jaime Ignacio del Burgo le preguntó al mando policial si era un experto en explosivos, Sánchez Manzano confesó: "En explosivos, no; soy un experto en desactivación de explosivos".

Sánchez Manzano se equivocó porque la dinamita Goma 2 ECO no lleva ese componente sino nitroglicol. El pasado jueves, el comisario jefe de los Tedax firmó una nota en la que reconocía que utilizó indebidamente el término nitroglicerina: "Se debió a la asociación del citado término con la palabra dinamita, ya que la nitroglicerina está universalmente ligada a las dinamitas en general y no a ninguna en concreto, siendo en ese contexto explicitado en el que se produjo, es decir, por asociación natural".En el sumario del 11-M no hay ninguna referencia a la nitroglicerina. Se incluye tan sólo el informe pericial remitido al juez el 27 de abril de 2004, tres meses antes de que Sánchez Manzano detallara en el Congreso lo que sus expertos no habían dicho. En el informe pericial se habla sólo de "componentes de dinamitas". El tipo de dinamita sólo se descubrió al desactivar una de las tres bombas que no llegaron a estallar en los trenes. Ese trabajo de un tedax facilitó la segunda pista, muy relevante por la información que contenía. El descubrimiento se produjo en la madrugada del 12 de marzo en el parque Azorín del barrio de Vallecas.

LA BOMBA DESACTIVADA Una custodia bajo sospecha

Una de las 13 bolsas con explosivo introducida en los trenes no estalló ni fue explosionada por los agentes. El artefacto pudo ser desactivado en la madrugada del 12 de marzo en un parque de Vallecas y su composición, debidamente acreditada en un informe pericial, dio una de las claves para desentrañar cómo se preparó el atentado y quién lo perpetró: "Nitrocelulosa, nitroglicol, nitrato amónico, ftalato de dibutilo y carbonato cálcico", componentes de la dinamita Goma 2 ECO fabricada por Unión Española de Explosivos.

El PP, partido que gobernaba cuando ocurrió el atentado y que dirigió a través de los jefes policiales de su confianza toda la investigación en el mes y medio siguiente, ha cuestionado que esa bolsa con la bomba desactivada en Vallecas, hubiera estado realmente en los trenes y formara parte del paquete de artefactos que los terroristas montaron para atentar en Madrid.

La sospecha del PP, defendida y difundida un año y medio después de los hechos y no respaldada por ninguno de los mandos policiales que puso al frente de aquella investigación el Gobierno de Aznar (ni Jesús de la Morena, comisario general de Información, ni Gómez Pintado, subdirector general de Policía han hecho nunca referencia a este hecho), se basa en una supuesta falta de custodia de esa bomba, que fue de la estación del Pozo a la comisaría de Vallecas y de allí al Ifema, donde se habían agrupado todos los cadáveres. Desde ese lugar regresó a la comisaría de Vallecas, momento en el que se descubrió la existencia del artefacto explosivo y se desactivó.

La inmensa mayoría de los policías que participaron en la vigilancia de esa bolsa han declarado ante el juez que en ningún momento se perdió su custodia y control.Los componentes encontrados en la dinamita de la bomba desactivada en Vallecas (nitroglicol y otros) se repetirían en el resto de analíticas que se hicieron respecto a nuevos descubrimientos de explosivos en escenarios relacionados con la matanza de los trenes.

Nitroglicol había en el escaso explosivo encontrado en interior de la furgoneta aparcada junto a la estación de Alcalá de Henares en la que los terroristas trasladaron su carga mortífera. Esa misma dinamita se localizó en los análisis de restos hallados en la moqueta del maletero de un vehículo de Hichan Ahmidan, hermano de El Chino, uno de los autores del 11-M que se suicidó en Leganés y que fue clave para conseguir la Goma 2 con la que provocar la matanza.La dinamita almacenada en el piso de Leganés por los terroristas era también de la misma marca y composición. Al igual que la encontrada en el artefacto explosivo colocado junto a las vías del AVE a la altura de Mocejón (Toledo).

METRALLA EN LAS BOMBAS Clavos y tornillos iguales

Los agentes también analizaron los clavos utilizados como metralla en las bolsas bomba hallados en los cuatro focos de la explosión. No se pudo determinar el tipo de dinamita a causa del estallido pero quedaron rastros del contenido de las bolsas de la muerte que ayudaron a hilar cabos y sumar evidencias. A cada tipo de clavo le fueron asignando letras. Ejemplo: Modelo A es un "tornillo de rosca para madera con cabeza de estrella de 35 milímetros de longitud y 3,5 milímetros de diámetro total; modelo B es un tornillo de rosca para madera con cabeza de estrella de 50 milímetros de longitud...".

La tornillería rescatada de los vagones donde estallaron las bombas coincide en algunos de sus modelos con los 640 gramos de metralla localizados en el artefacto desactivado en Vallecas. No fueron las únicas coincidencias relacionadas con el explosivo que la investigación, ahora concluida por el juez Juan del Olmo, pudo reunir a lo largo de 28 meses de trabajo.

DETONADORES Comprados por una explotación minera

En los distintos escenarios utilizados por los terroristas (la furgoneta en la que trasladaron los explosivos, las casas de Leganés y Chinchón donde almacenaron la dinamita y montaron los artefactos, la línea del AVE contra la que pretendían atentar, la bomba desactivada en Vallecas) se encontraron cinco modelos de detonadores, todos ellos fabricados por la Unión de Explosivos Ensing Bickford (UEB) y todos suministrados a la explotación minera asturiana de la que, según descubrió la investigación algunos días después del atentado, se sustrajo la Goma 2 ECO.

"Las investigaciones policiales, tanto las realizadas inicialmente por el Cuerpo Nacional de Policía, como después por la Guardia Civil, identificaron el lugar de procedencia de las sustancias explosivas utilizadas en los atentados por el tipo de detonador recuperado (...) Lo que fijó el lugar de procedencia de la dinamita fueron dos detonadores encontrados en la furgoneta de Alcalá de Henares (ese tipo se consumía en la Península sólo en la empresa Caolines de Merillés). Posteriormente se hallan más detonadores de ese tipo en el artefacto colocado por los terroristas en las vías del AVE en Mocejón (Toledo) y en el desescombro del piso de Leganés" (página 157 del último auto judicial sobre el 11-M).

La dinamita que dejó 191 muertos había sido robada en la mina Conchita, una explotación asturiana con horario diurno (sólo se trabajaba de 8.00 a 15.00), que por la tarde carecía de cualquier vigilancia pese a almacenar miles de kilos de explosivos. A esa conclusión se llegó con el desescombro de Leganés, "momento en que se recuperan envoltorios o fajas de los cartuchos". "Cuando el análisis de los envoltorios o fajas de los cartuchos se hace, se descubre que todas y cada una de las numeraciones llegaron a la empresa Caolines de Merilles", que regentaba la mina Conchita. La Goma 2 ECO que mató a 191 personas se escapó por los tremendos agujeros en la seguridad de una explotación minera.

UNA MINA SIN VIGILANCIA Sobrantes a la intemperie

Los paquetes de dinamita Goma 2 ECO que no se gastaban de ocho de la mañana a tres de la tarde se dejaban al aire libre en muchos casos o en minipolvorines de fácil acceso, según han declarado al juez la mayoría de los trabajadores de la explotación minera.

- "Nunca hemos bajado el sobrante del explosivo al terminar la jornada, ni se lo dábamos al vigilante ni lo depositábamos en los minipolvorines, se quedaba allí".

- "Los detonadores los cogíamos nosotros mismos, el vigilante no hacía demasiado caso".

- "Esoy cansado de ver cajas de dinamita en el exterior de los bocaminas. Había cuatro minipolvorines y en cada uno entraban dos cajas. La dinamita que venía, si no se podía gastar, no se guardaba, quedaba en la entrada de las bocaminas".

- "Nunca devolvíamos la dinamita sobrante al vigilante, la escondíamos en el tajo para el día siguiente". (Páginas 164 a 168 del último auto judicial de Del Olmo).

"El 23 de enero de 2004 llegan a la mina Conchita 300 kilogramos de Goma 2 ECO, de los que entre 175 y 300 llevaban la numeración 044 E 071, hallada en el piso de Leganés. Esta fue la única remesa que llegó a la mina Conchita con esa numeración" (página 75 del último auto judicial de Del Olmo).

José Emilio Suárez Trashorras, ex empleado de la mina Conchita y delincuente habitual dedicado al tráfico de estupefacientes, ayudó a los terroristas del 11-M a conseguir los kilos de Goma 2 necesarios para atentar en los trenes. Primero les facilitó directamente la dinamita enviando a colaboradores suyos a Madrid para entregar la mercancía a Jamal Ahmidan, El Chino, con el que Trashorras tenía tratos relacionados con el tráfico de drogas, según han reconocido él mismo, su esposa y su cuñado.

Estos hechos han quedado suficientemente acreditados por la confesión de las personas que llevaron en mano la dinamita a El Chino, uno de los terroristas del 11-M que se suicidó en el piso de Leganés. Además, figuran en una sentencia firme que condenó al único menor que participó en estos hechos.

LA ÚLTIMA INCÓGNITA El confidente no avisó

Durante la investigación del 11-M se conoció que el delincuente Rafá Zouhier, confidente de la Guardia Civil, llegó a delatar al ex minero Suárez Trashorras y a su cuñado, Antonio Toro, por tráfico de explosivos. Y que incluso llegó a mostrar a los agentes para los que trabajaba de confidente alguna muestra del explosivo con el que trabajaba Trashorras. Zouhier llegó a denunciar que había avisado de la operación por la que el ex minero iba a facilitar los explosivos del 11-M a Jamal Ahmidan, El Chino. La investigación judicial ha permitido acreditar que esa circunstancia no se produjo nunca. Zouhier dejó de informar a la Guardia Civil de sus contactos con Trashorras para la venta de explosivos en cuanto puso en contacto al ex minero con El Chino, en otoño de 2003. Aquellos contactos fructificaron unos meses después. Entre los primeros días de enero y los últimos de febrero, El Chino logró más de 200 kilos de Goma 2 ECO robados por Trashorras.

La explosión de Leganés  

En Leganés se cerró el círculo de la investigación cuando siete terroristas se suicidaron. En el desescombro del piso que ocupaban, la policía halló los envoltorios de la dinamita y así localizó su procedencia: la mina Conchita.

La mochila desactivada  

Uno de los tres artefactos que no explotó en los trenes fue desactivado en un parque de Vallecas. Analizada la bomba, se descubrió su composición -Goma 2 ECO- y un teléfono móvil que ayudó a localizar a los terroristas. Publicado en www.elpais.es 16.07.06

Islamistas criminales contra la guerra de Irak  

En los interrogatorios que han acompañado a la instrucción judicial del mayor atentado en la historia de España no hay una sola confesión de culpa.Los islamistas Jamal Zougam y Abdelmajid Bouchar, presos como supuestos autores materiales de la matanza de los trenes, se han declarado inocentes ante el juez. Los restantes terroristas que perpetraron los atentados se suicidaron en un piso de Leganés (siete), murieron en Irak (Mohamed Afalah) o están huidos. Imposible contar con su testimonio para conocer más de lo ocurrido.Pese a ello, las pruebas reunidas tras más de dos años de investigación son tan apabullantes que la reconstrucción del atentado, aunque con lagunas ciertas, ha sido posible.Ningún responsable policial, ni los que dirigieron la investigación durante las primeras semanas clave bajo mandato del PP ni los de ahora, bajo mandato socialista, pone el relato de hechos en duda. Sólo el Partido Popular, cuyo Gobierno controló y dirigió la parte principal de la investigación policial que permitió detener a parte de los culpables, se empeña desde hace más de un año en poner bajo sospecha todos los aspectos de ese trabajo de jueces, fiscales, policías, guardias civiles y peritos de todo tipo.El juez Juan del Olmo recuerda y describe en su último auto judicial las evidencias descubiertas en todo este tiempo, "mediante vías legítimas y legales de investigación", que le permiten sostener su relato de hechos:

- Muestras biológicas que han permitido obtener el ADN de varias personas entre los escombros de la vivienda de Leganés que saltó por los aires junto a siete terroristas que se suicidaron en ella cuando habían sido acorralados por la policía. La investigación también ha acreditado gracias a muestras biológicas la presencia de terroristas en escenarios relacionados con el atentado, como la finca de Chinchón donde se montaron las bombas con teléfonos móviles, la casa de Granada que alquilaron unos días antes para esconderse tras la matanza, la ropa arrojada a contenedores junto a la estación de Vicálvaro por la que huyeron, o los dos coches en los que se trasladaron a Alcalá de Henares.

- Análisis del tráfico telefónico entre decenas de personas vinculadas al ataque terrorista que acreditarían sus relaciones en momentos clave de la preparación y la consumación de los atentados. Ese análisis del tráfico telefónico permite conocer la vía que utilizaron los terroristas para conseguir el explosivo con el que atentaron en los trenes. Y también revela de dónde partieron siete de los 13 teléfonos móviles introducidos en las mochilas bomba y cómo se utilizaron otras tarjetas telefónicas vendidas en la tienda de uno de los principales acusados.

- Investigación sobre la procedencia del explosivo descubierto en la bomba que pudo ser desactivada, en el artefacto que no explotó junto a las vías del AVE en Mocejón (Toledo) y en el piso de Leganés donde se suicidaron los terroristas.

- Testimonios de algunos amigos de los terroristas que participaron en el atentado terrorista. El 5 de abril de 2004, Ángel Acebes, ministro de Interior en funciones, declaró: "El núcleo central que perpetró la masacre está detenido o muerto en suicidio". Dos días antes, siete terroristas se habían suicidado en la localidad de Leganés tras ser acorralados por la policía.

La investigación ha acreditado suficientemente que un grupo de islamistas criminales, radicalizados y opuestos a la guerra contra Irak que apoyó España, prepararon y ejecutaron el atentado de los trenes.

Los que participaron en la matanza eran partidarios de hacer la guerra santa contra el "infiel occidental" y en sus últimos años de vida se habían radicalizado. Algunos tenían experiencia en actividades terroristas previas, como el argelino Allekema Lamari, detenido en Valencia en 1997 por pertenencia a un grupo terrorista. Condenado y excarcelado por un error judicial antes de tiempo, vivió muchos meses en busca y captura antes del atentado. Su peligrosidad estaba tan probada, que el CNI (Centro Nacional de Inteligencia) alertó meses antes del 11-M que era urgente detenerle porque podría estar preparando un atentado.

Otros miembros del comando, como Serhane Bel Abdelmajid, El Tunecino, con permiso de residencia y trabajo en regla, llevaban años reclutando fieles para su causa a favor del islam.

El análisis de los discos duros de los ordenadores encontrados en Leganés, que utilizaban los terroristas, y hallados en otros escenarios habitados por los autores del 11-M, han permitido saber que sus intenciones, mucho antes del atentado, eran asesinas.

Entre las páginas web que visitaban estaba la de Global Islamic Media donde, unos meses antes del 11-M, se colgaron documentos donde se hacían análisis estratégicos con "unas menciones muy claras y precisas sobre el ejercicio de violencia contra España y sus fuerzas" (página 195 del último auto judicial sobre el 11-M).

En los discos duros de los ordenadores de los terroristas se han encontrado además decenas de textos donde se ensalzan los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, se alaba a Osama Bin Laden, se justifican todos los ataques contra Israel o las matanzas en Irak, y se instruye sobre terrorismo y guerra de guerrillas.El juez, con todos los elementos que ha recabado durante la investigación, traza el siguiente perfil de la decena de autores materiales del atentado.

EL TUNECINO Adoctrinamiento

El Tunecino. Fue investigado en relación con células terroristas islamistas por el juez Baltasar Garzón y seguido por la policía hasta unos días antes del atentado sin ningún resultado.Un testigo protegido relata al juez que era el jefe de un grupo de radicales islamistas a los que adoctrinaba en la guerra santa. Unos días antes del 11-M hablaba con sus amigos de la necesidad de hacer un atentado en España porque era un país que estaba en contra de los musulmanes al apoyar la guerra contra Irak.El testigo protegido 11.304 declaró al juez que el grupo liderado por El Tunecino señaló la posibilidad de atentar en España con motivo de la invasión de Irak por parte de una coalición internacional.Un manuscrito suyo reivindicando el atentado fue remitido al diario Abc. Peritos caligráficos mantuvieron en su informe que la letra correspondía a El Tunecino.

CUATRO SUICIDAS Unidos para la guerra santa

Rachid Oulad Akcha, Mohamed Oulad Akcha, Asrih Rifaat Anouar y Abdennabi Kounjaa. En el verano de 2003 se reunieron con El Tunecino en distintos inmuebles de Madrid y reflexionaron sobre la situación mundial, considerando que el islam estaba siendo atacado y debía realizarse la yihad (guerra santa) en defensa de sus hermanos de religión. Mantenían que se estaba produciendo la invasión de tierra sagrada por lo que era necesario actuar contra los enemigos del islam. Colaboraron con Jamal Ahmidan, El Chino, para trasladar el explosivo desde Asturias a Madrid o para robar un coche con el que viajaron hasta Mocejón (Toledo) para atentar contra las vías del AVE. Acabaron acorralados por la policía en un piso de Leganés y se suicidaron.

ALLEKEMA LAMARI "Di a los hermanos que recen por mí"

Excarcelado en 2002 por un error judicial tras ser condenado por pertenencia a una organización terrorista islamista mientras vivía en Valencia. En 2003 se dictó la orden de busca y captura contra él. En esa situación de perseguido por las Fuerzas de Seguridad, el argelino envió desde oficinas de Correos de Madrid giros de 150 euros a algunos de sus compañeros islamistas encarcelados por la pertenencia al mismo grupo terrorista.

En el verano de 2003, contactó con el grupo de Lavapiés en el que también participó El Tunecino y Jamal Zougam. El 27 de marzo, 16 días después del atentado y una semana antes del suicidio de Leganés, Allekema Lamari le dijo a su amigo Safwan Sabagh: "A mí no me cogerán vivo. Ya nos encontraremos en el cielo. Di a los hermanos que recen por mí".

EL CHINO Un delincuente radicalizado

Llegó de Marruecos en el verano de 2003 después de salir de la cárcel de Tetuán "donde había experimentado un cambio muy relevante en su planteamiento religioso, volviéndose extremadamente radical, con una visión yihadista y censuraba duramente la invasión de Irak por tropas occidentales, así como el apoyo brindado por las autoridades españolas" (folio 67 del último auto judicial de Juan del Olmo). El Chino retomó los contactos con el grupo de delincuentes con los que se relacionaba, entre ellos los hermanos Rachid y Mohamed Oulad Akcha. En septiembre de 2003 se produjeron los primeros contactos con El Tunecino.

En ese momento se iniciaron las jornadas de adoctrinamiento los viernes por la tarde junto a un río tras salir de la mezquita, según la investigación judicial. Una semana antes de los atentados del 11-M, El Chino llama desde Ibiza a su suministrador de explosivos, el ex minero José Emilio Suárez Trashorras, y le despide así: "Si no nos vemos en la tierra, nos veremos en el cielo".

Una huella suya se encontró en el soporte de plástico de la tarjeta del número 652282947 que se encendió por primera vez el 10 de marzo junto a Chinchón y fue utilizado en una de las bolsas bomba que estalló en los trenes de Madrid. Leyó dos de las reivindicaciones de los atentados que grabaron en una cinta de vídeo.

Su perfil genético fue hallado en el Citroën C 3 robado a punta de pistola en Fuenlabrada el 29 de marzo de 2004 junto a los perfiles de Abdennabi Kounjaa y Mohamed Oulad Akcha. Con ese vehículo se trasladó el 2 de abril a las vías del AVE en Mocejón (Toledo) e intentó, junto a otros compañeros, perpetrar un atentado contra el tren veloz que se frustró a última hora. "El análisis de las muestras de barro obtenidas y las de las vías del AVE en Mocejón demuestra su coincidencia" (página 92 del último auto judicial).

JAMAL ZOUGAM El vendedor de las tarjetas

El 25 de febrero de 2004 llegaron a la tienda que Jamal Zougam regentaba en Lavapiés un lote de 100 tarjetas telefónicas de las que al menos 14 (siete de ellas explotaron en los trenes junto al artefacto explosivo) fueron utilizadas por el comando terrorista del 11-M.Uno de los trabajadores de la tienda, Mohamed Bakkali, reconoció en fotografías que le mostró la policía que El Chino compró a finales de febrero un lote de 10 tarjetas a nueve euros cada una.Los testimonios recogidos por la investigación judicial y policial acreditaron la relación de Jamal Zougam con El Tunecino, que acudió a su tienda en alguna ocasión. Y sus conversaciones con Mohamed Afalah, marroquí que huyó de España tras el suicidio de sus compañeros de Leganés y que, supuestamente, murió en Irak.El testigo protegido S 20-04- A-27, que tomó el tren en Alcalá de Henares, señaló a Jamal Zougam como "la persona que introdujo debajo del asiento una bolsa de deportes de color azul oscuro, de unos 50 centímetros de longitud y unos 30 centímetros de altura, con asas y dando la impresión de albergar unos 10 ó 15 kilos". El mismo testigo declaró que Jamal Zougam se habría apeado del tren en la estación de Torrejón de Ardoz o de San Fernando de Henares. Otros testigos protegidos, identificados como S 20-04-R10, S 20-04-C-65 y S 20-04-J-70, "lo identificaron fotográficamente y en reconocimiento en rueda judicial" (página 156 del último auto judicial).En su última declaración ante el juez, Zougam cuestiona las rondas de reconocimiento de las que fue objeto: "Me han utilizado como cabeza de turco por motivos políticos. Llevo dos años en la cárcel sin saber por qué. Se han realizado varias ruedas de reconocimiento con otras personas que no se parecen nada a mí, ni en el color de la piel ni en el color de los ojos ni en el pelo ni en nada. No se está diciendo la verdad, es todo por motivos políticos".

ABDELMAJID BOUCHAR El último detenido

Abdelmajid Bouchar ha sido el último detenido en relación con la autoría material del 11-M. El juez le imputa los 191 asesinatos. Fue localizado en Belgrado y extraditado a Madrid, donde fue inmediatamente encarcelado.En el desescombro del piso de Leganés, la policía halló documentación de este marroquí.

Un agente ha declarado que vio el 3 de abril a Abdelmajid Bouchar en las inmediaciones del piso de Leganés momentos antes del suicidio de sus compañeros echando una bolsa de basura en un contenedor. Al advertir el marroquí que le seguían, huyó a la carrera.El análisis de la bolsa de basura y de su contenido permitió encontrar restos de comida de los que se pudo extraer el ADN de Bouchar. Sus huellas dactilares se encontraron en un libro religioso que estaba en el piso de Leganés y en una plancha metálica de la finca de Chinchón, donde se montaron las bombas.El juez relata además que su ADN se encuentra en "condiciones que excluyen cualquier elemento casual -en una maquinilla de afeitar, en un hueso de dátil y en otro de aceituna-".

MOHAMED AFALAH Muerto en Irak

Facilitó el dinero para el alquiler del piso de Leganés y huyó el 3 de abril hacia Bélgica. Un seguimiento policial especial permitió determinar que tras su huida, Afalah recaló en Irak donde participó en un atentado suicida.De todos estos terroristas que participaron en el 11-M, el juez Juan del Olmo ha reunido pruebas que les sitúan en la organización y participación en la matanza de los trenes.En muchos casos, el juez ha logrado huellas dactilares y ADN de los terroristas en distintos escenarios del crimen. En otros, el relato de testigos protegidos ha permitido sustentar la acusación.Publicado en www.elpais.es 18.07.06

Algunas alertas previas

La radicalización de determinados islamistas que vivían en España fue creciendo a partir del año 2000. Algunas investigaciones policiales, impulsadas desde la Audiencia Nacional, así lo acreditaron.El Ministerio del Interior dispuso incluso de vídeos grabados en el interior de mezquitas de Madrid donde se alentaba el terrorismo.La mujer de uno de los implicados en el 11-M acudió a una comisaría de policía en 2003 con dos vídeos grabados en VHS y sacados de una casa donde se reunían muchos de los terroristas que fueron detenidos con posterioridad al atentado del 11-M. En uno de esos vídeos, grabados en la mezquita de la M-30, participa un sirio detenido por la matanza de los trenes.Tres meses antes del atentado, un confidente habitual de la policía avisó de que unos marroquíes que traficaban con droga iban a poner "bombas en los trenes".El testigo protegido conoció esta información por su cuñado, un narcotraficante que se había enterado a través de compañeros del mismo negocio. El testigo intentó contactar con la Unidad Central de Información Exterior de la Policía, preguntó por un tal Ángel Soto, con el que colaboraba habitualmente, pero no estaba. Entonces llamó a otro policía al que conocía, Evaristo Tobares, al que le comentó que no tomara ningún tren porque sabía que iban a poner bombas en los mismos.Cuando al testigo, mucho después del 11-M, le enseñaron unas fotografías, reconoció a los hermanos Mohamed y Rachid Oulad como los traficantes de droga que acudieron a las citas con su cuñado.Los dos hermanos Oulad murieron en el suicidio colectivo de Leganés junto a otros cinco terroristas. El juez atribuye a los suicidas su participación directa en los atentados del 11-M que costaron la vida a 191 personas. Publicado en www.elpais.es 17.07.06

Un atentado con muchos avisos previos  

Nunca en la historia criminal del terrorismo en España la policía y los servicios de inteligencia tuvieron tanta información sobre los asesinos antes de que perpetraran un atentado como en el caso de la matanza de los trenes de Madrid. Y, sin embargo, no pudieron evitarlo. Los dirigentes del PP, que gobernaban en España cuando ocurrió el atentado y lo atribuyeron en un primer momento a ETA, han extendido sus sospechas sobre determinados agentes de la policía o de la Guardia Civil para justificar lo ocurrido.

La instrucción judicial sobre la investigación policial no ha podido acreditar en 28 meses de trabajos que en la actuación de los agentes hubiera mala fe o una negligencia voluntaria para facilitar la comisión del atentado. Decenas de policías y guardias civiles han declarado durante este tiempo en la Audiencia Nacional sin que el juez haya apreciado el mínimo atisbo de colaboración de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con los autores del atentado.

Algunos de los terroristas que organizaron y ejecutaron la matanza de los trenes estaban siendo seguidos por la policía en relación con investigaciones judiciales; algunos confidentes habían informado a la Guardia Civil y la policía sobre tráfico de explosivos en Asturias o sobre planes para atentar en transportes públicos; numerosos informes de los servicios de información alertaban sobre la creciente amenaza del terrorismo islamista sobre España; el Centro Nacional de Inteligencia advirtió de que un terrorista argelino excarcelado y en busca y captura tenía planes asesinos. Pese a todo, el atentado se consumó el 11 de marzo de 2004 y dejó 191 muertos.

La investigación judicial, policial y política de este atentado ha destapado las múltiples deficiencias existentes en España en materia de seguridad del Estado. Los careos celebrados en la Audiencia Nacional entre distintos delincuentes relacionados con la matanza de los trenes; las revelaciones de los cargos policiales y políticos respecto a aspectos fundamentales del atentado; la descoordinación admitida por los principales responsables de policía y Guardia Civil, y el anómalo funcionamiento de la administración de justicia en casos relacionados con terroristas islamistas o el tráfico de explosivos en Asturias se juntaron para que, pese a toda la información atesorada hasta entonces, no fuera posible impedir el atentado del 11 de marzo de 2004.

- Una investigación necesaria que no se hizo. En el país de la Unión Europea más golpeado por el terrorismo, no se analizó una operación policial que destapó el tráfico de explosivos en Asturias. Ocurrió en 2001 cuando la policía desarticuló una red dedicada al narcotráfico y en los registros halló pequeñas cantidades de dinamita Goma 2 ECO y 94 detonadores. En esa red figuraban algunas personas que, tres años después, acabaron facilitando los explosivos necesarios a los terroristas del 11-M. En la instrucción judicial de aquel caso, no se hizo ni una sola diligencia encaminada a conocer la procedencia del explosivo. El Gobierno de entonces, que informó sobre esa operación donde se descubrió la Goma 2 ECO y los detonadores, tampoco ordenó ninguna investigación oficial. El fiscal jefe de Asturias, justificó así lo ocurrido: "Es que aquí los explosivos son una cosa bastante habitual. Aquí hay mucho minero retirado. Y además el explosivo no era mucho. Por eso se dio más importancia a la droga".

- Confidencias inútiles. El delincuente Rafa Zouhier contó a la Guardia Civil que en Asturias se traficaba con explosivos. Los agentes siguieron la pista, pidieron a Zouhier pruebas de lo que decía y, pese a obtenerlas, no remataron la operación. Las confidencias de Zouhier se produjeron antes de que se iniciara la relación del ex minero Emilio Suárez Trashorras con los terroristas que perpetraron el 11-M. Cuando se iniciaron los contactos, Zouhier no contó nada a la Guardia Civil. Hubo más confidencias de otros delincuentes relacionados con la trama de los explosivos pero los agentes encargados de investigarlas no tuvieron éxito. El juez, en sus investigaciones, no ha encontrado ninguna relación de los agentes que fracasaron en su investigación con los terroristas que perpetraron el 11-M.

- Un aviso sin consecuencias. El Centro Nacional de Inteligencia hizo una nota tan sólo unos meses antes del atentado en la que alertaba sobre la peligrosidad de Alekema Lamari, terrorista argelino que había quedado en libertad por un error judicial de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo.

La orden de busca y captura no tuvo ningún efecto. Lamari envió desde oficinas postales de Madrid giros de 150 euros a terroristas islamistas con los que había compartido actividades en Valencia, y que ahora se encontraban en prisión.

Lamari no pudo ser localizado, ni detenido. Acabó suicidándose junto a otros seis terroristas en un piso de Leganés poco después del atentado, el 3 de abril.

El ex presidente del Gobierno José María Aznar escribió en un libro tras la derrota electoral que sufrió su partido el 14 de marzo: "Para mí, ETA y el terrorismo islámico merecen el mismo rechazo y la misma respuesta. Debo reconocer, sin embargo, que tal vez la opinión pública española no era lo suficientemente consciente hasta el 11 de marzo del alcance de la amenaza del terrorismo islámico. Si es así, el Gobierno tiene sin duda una responsabilidad que asumir. Quizás los propios éxitos en la lucha contra ETA en los últimos años nos han llevado a bajar la guardia ante la amenaza fundamentalista. Y quizás hemos inducido a confusión acerca del posible papel que nos corresponde en la lucha contra el terrorismo, como si los españoles hubiéramos aceptado participar en ella a cambio de ayuda en la batalla que estamos llevando a cabo en nuestro territorio". Publicado en www.elpais.es 18.07.06

El jefe de los Tedax declara al juez del 11-M que se equivocó al hablar de nitroglicerina  

El comisario jefe de la Unidad de Desactivación de Explosivos, Juan Jesús Sánchez Manzano, reconoció ayer ante el juez Juan del Olmo que se equivocó en la Comisión de Investigación del Congreso sobre el 11-M cuando habló de nitroglicerina en relación con los explosivos utilizados en los atentados contra los trenes de la muerte. La declaración de Sánchez Manzano no se produjo en el sumario por el 11-M, que ya está concluido, sino en el marco de las diligencias previas 147/06, que Del Olmo ha abierto para esclarecer aspectos marginales de la investigación.

Sánchez Manzano, que permaneció durante aproximadamente una hora ante el juez, precisó que no es experto en explosivos sino en su desactivación, como ya dijo en la citada comisión parlamentaria.

Señaló que sobre las dos de la tarde del 11 de marzo de 2004 fue informado por la inspectora jefe del Grupo de Investigación de Explosivos de que los primeros análisis del explosivo utilizado en los trenes era dinamita. En ese momento, Sánchez Manzano se encontraba en el laboratorio de los Tedax con el comisario general de Seguridad Ciudadana, esperando el resultado de los análisis.

Precisamente el error que deslizó en la comisión de investigación del Congreso al hablar de nitroglicerina, declaró ayer Sánchez Manzano ante el juez, se debió a una asociación natural, ya que de forma histórica y universal la nitroglicerina se asocia a la composición de las dinamitas.

Sin embargo, la Goma 2 Eco, marca comercial de dinamita fabricada por Unión Española de Explosivos, no tiene nitroglicerina en su composición, sino nitroglicol, nitrocelulosa, nitrato amónico, ftalato de dibutilo y carbonato cálcico.

La Goma 2 Eco es un explosivo de uso civil que tiene una potencia del 90 % respecto a la goma pura y una velocidad de detonación de 5.300 metros por segundo.La Goma 2 Eco ha sido detectada en varios de los escenarios relacionados con los atentados del 11-M. Según el auto de procesamiento dictado por el juez Del Olmo con base en diversos informes periciales, este tipo de explosivo fue encontrado en la furgoneta Renault Kangoo, matrícula 0576 BRX, que los terroristas utilizaron para trasladar las bombas desde la chabola de Chinchón hasta la estación de ferrocarril de Alcalá de Henares, de donde partieron los trenes. También fue detectado en la bomba desactivada en el Parque Azorín, de Madrid, que supuso la primera pista importante para llegar hasta la célula terrorista autora de los atentados.La Goma 2 Eco fue hallada también en las vías del AVE Madrid-Sevilla, en Mocejón (Toledo), el 2 de abril de 2004, como parte del artefacto confeccionado por los terroristas para intentar volar el tren de alta velocidad.También en el piso de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés (Madrid), donde siete de los terroristas se suicidaron el 3 de abril de 2004 al verse cercados por la policía, fueron encontradas importantes cantidades del explosivo mencionado.

Los informes periciales sobre los explosivos utilizados en los atentados destacan que del análisis de los restos de las explosiones de los trenes, así como los residuos detectados en la finca de Chinchón sólo puede hablarse de forma genérica de que se trataba de un tipo de dinamita, pero sin poder precisar marca comercial ni ningún otro aspecto. En el resto de los casos, el tipo de dinamita detectada fue Goma 2 Eco, que coincide con las partidas sustraídas de mina Conchita, en Asturias.

La declaración del comisario Sánchez Manzano sobre los explosivos del 11-M se ha producido por iniciativa del juez Del Olmo en las diligencias previas 147/06, que es una pieza desgajada del sumario sobre el 11-M que ya está concluido.La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha sido ajena a la declaración del comisario, aunque tampoco se ha opuesto a su celebración para evitar interpretaciones sesgadas.

La comparecencia de Sánchez Manzano fue acordada por Del Olmo tras la publicación en El Mundo de una interpretación sobre el error de la nitroglicerina. No es la primera vez que esto ocurre, puesto que ya con la mochila bomba desactivada en el Parque de Azorín ocurrió lo mismo y Del Olmo llamó a declarar a todos los policías que habían participado en la cadena de custodia. Fuentes de la Audiencia Nacional criticaron ayer que Del Olmo se dedique a reaccionar a las portadas de algunos medios de comunicación y precisaron que sí es lícito que investigue a los autores de los atentados que no fueron detenidos, como Daoud Ouhnane, Amer Azizi o Said Berraj, no lo es que se dedique a remover aspectos de un sumario que ya está concluido. Publicado en www.elpais.es 18.07.06

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