El Tribunal de Estrasburgo da un varapalo a Garzón y al Supremo por la condena de Vera
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo, ha estimado la demanda que interpuso el ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera contra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por su "parcialidad" en el proceso por el secuestro de Segundo Marey. El alto tribunal europeo entiende que se vulneró el derecho de Vera a un proceso imparcial y que aún hoy debe seguir imperando para él la "presunción de inocencia". La sentencia no es vinculante, si bien supone un varapalo para Garzón y el Tribunal Supremo español.
El Supremo condenó a Vera a 10 años de cárcel por el secuestro de Segundo Marey. También fueron condenados en este proceso el ex ministro del Interior José Barrionuevo, así como los ex policías José Amedo y Míchel Domínguez. El caso Marey fue considerado como la primera acción de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).
Vera acudió a Estrasburgo alegando que había sido condenado por la Sala Penal del Supremo tras una instrucción del juez Garzón "parcial" y fruto de una "manifiesta enemistad" entre ambos durante la etapa en que coincidieron en el Ministerio del Interior. Vera también pidió la nulidad del fallo condenatorio del Supremo porque derivaba de una instrucción "parcial" y se quejó de que no se hubiese respetado su presunción de inocencia. Alegó que no estaba acreditada su intervención en los hechos por los que había sido imputado.
El tribunal le da la razón en casi todo. Y declara "por unanimidad" admisibles las quejas de Vera sobre la vulneración en su proceso "del principio de presunción de inocencia" y "el derecho a un tribunal imparcial".
La demanda ante el TEDH fue interpuesta por el catedrático de Derecho Penal Manuel Cobo del Rosal, quien ayer mostró su satisfacción por el veredicto del alto tribunal europeo. "Estoy profundamente satisfecho con la resolución. Es un ejemplo para todos los estudiantes de derecho, para que sepan que todavía se puede creer en la justicia de la Comunidad Europea, de la que España forma parte".
"No ajustada a derecho"
Cobo del Rosal lamenta que la sentencia del TEDH haya llegado cuando Vera ya ha cumplido la condena que se le impuso y que ahora Europa considera "no ajustada a derecho" y fruto de "un proceso totalmente irregular", destaca el letrado.
Uno de los motivos por los que Vera acudió a Estrasburgo fue para denunciar que Garzón actuó contra él de forma parcial. Es decir, que el magistrado, "de forma extraprocesal", había obtenido información sobre el caso Marey en el marco de su etapa política como secretario de Estado contra la Droga, departamento que pertenecía al Ministerio del Interior y en el que Vera era secretario de Estado. Vera argumentó que, nada más abandonar su puesto político, Garzón regresó al juzgado, el central número 5 de la Audiencia Nacional, y reactivó el caso de Segundo Marey con información obtenida en su etapa política. A raíz de este caso, el Gobierno socialista de Felipe González cambió la ley para que ningún magistrado pudiera volver a su juzgado nada más abandonar una actividad política. El Gobierno impuso un plazo mínimo de dos años para regresar al juzgado tras dejar un cargo político.
Vera alegó, además, que el proceso penal no se desarrolló en el plazo razonablemente previsto en el artículo 6.1 del Convenio de derechos de los justiciables, ya que la causa se dilató más de 15 años entre las dos instancias judiciales españolas que lo abordaron. El caso fue instruido inicialmente por Garzón y luego pasó al Supremo, donde volvió a instruirse, tras la imputación de Barrionuevo, que era aforado.
El citado artículo 6.1 del Convenio proclama que toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa, públicamente y dentro de un plazo razonable, por un tribunal independiente e imparcial, y el 6.2 especifica que todo acusado se presume inocente hasta que su culpabilidad haya sido legalmente declarada.
Vera también elevó al tribunal, para justificar que había sido objeto de una persecución, fragmentos del libro La Conspiración, del ex subcomisario José Amedo, condenado a 108 años de prisión por los GAL. www.elpais.es 12.05.07
"Aznar, Cascos y Pedro J. y Garzón están en deuda conmigo" .“NADIE SE QUERELLA CONMIGO, PORQUE PODRÍAN ESCUCHARSE DICIENDO LO QUE YO CUENTO” .“GARZÓN QUERÍA VENGARSE DEL PSOE Y SUS INTERESES COINCIDÍAN CON LOS DE LA OPOSICIÓN Y PEDROJOTA”
Qué le ha llevado a
publicar este libro y por qué
ahora, después de tantos años?
Porque, lógicamente, he
protagonizado una serie de
acontecimientos de gran
importancia para este país y yo
no estaba conforme con lo que se
había contado de toda esta
historia desde fuera. Quería
contarla desde dentro. Me limito
a contar unos hechos reales, tal
como ocurrieron. Yo pensaba
publicarlo antes. Una editorial,
me compró los derechos y hasta
me pagó un anticipo por ello. El
contrato venció y el libro no se
publicó. Por eso contacté con la
nueva editorial, Espejo de
Tinta, y aquí está mi historia.
-Da la sensación de que
usted trata de saldar deudas
pendientes en este libro…
¿Yo con ellos o ellos
conmigo? Yo no tengo deudas con
nadie, pero los que salen
mencionados en el libro sí.
Están en deuda moral conmigo,
porque especialmente con
respecto a la última parte del
libro (se refiere a la
conspiración que él describe
entre Garzón, Pedro J. Ramírez,
Cascos y Aznar para relanzar el
Caso GAL) nadie se ha querellado
conmigo. Todos han mirado hacia
otro lado. Además, como digo en
el libro, la mayor satisfacción
que puedo tener es que alguno de
estos aludidos tomase alguna
iniciativa judicial, porque
posiblemente podrían tener la
oportunidad de escucharse ellos
mismos diciendo exactamente lo
que yo cuento.
-¿Los tiene grabados en
cintas?
Que cada cual lo
entienda como quiera, pero como
a mí me forzaron, a finales del
94, a tomar una actitud, con
unas presiones enormes, para sus
fines políticos y de venganza,
yo quiero que se sepa cómo
fueron las cosas y que la gente
vea cómo es cada una de esas
personas, que se dedican a dar
lecciones cada día al resto de
la sociedad, con una dignidad
suprema.
-¿A quién se refiere
exactamente, de todos los
mencionados en su libro?
A Aznar, a Alvarez
Cascos, al ínclito periodista
Pedro J. Ramírez, al juez de
causas insalvables, Baltasar
Garzón, etc. Todos ellos tienen
una deuda conmigo.
-En “La Conspiración. El
último atentado de los GAL”,
usted, entre otras muchas cosas,
acusa al juez Baltasar Garzón de
haberle presionado y
amenazado…Cuando menos lo
describe como un prevaricador…
Lo digo muy claro. Y
narro diálogos completos, o
semicompletos, que son muy
jugosos y muy interesantes.
Difícilmente una persona se
puede inventar esas cosas y más
difícilmente todavía, nadie se
puede arriesgar a meterse con
personas que tienen tanto poder,
salvo que tenga todas las
pruebas. Yo no podría afirmar
con la crudeza que afirmo estas
cosas tan graves, si no tuviera
una base sólida apoyando mi
testimonio y unos testigos que
el tiempo no borra. Esto (señala
una grabadora, que está grabando
la conversación) dentro de cinco
años, no se habrá borrado
¿verdad?
-En todo caso, los
aludidos han asegurado que no se
querellan contra usted porque
carece de credibilidad alguna…
¿Me están diciendo que
a finales del 94 y principios
del 95, 96 yo les merecía una
credibilidad absoluta, que mis
manifestaciones provocaron una
quiebra del Estado, que hubo un
desasosiego político tremendo y
que ahora ya no me creen? Tuve
credibilidad ante ellos, porque
les era necesario y tuve
credibilidad ante los
tribunales. Pues es la misma
credibilidad que tengo ahora. Lo
que ocurre es que entonces no
podía contar lo que he contado
ahora, en el libro. Ellos
(Garzón, Pedrojota, etc.) me
forzaron a contar lo que conté
entonces. Yo estaba bloqueado,
amenazado de una forma tremenda.
-¿Se refiere al pasaje
de su libro en el cuenta que
Baltasar Garzón le amenaza con
meter en la cárcel a su mujer y
le anima a que retire el dinero
de las cuentas de Suiza antes de
que él las intervenga?
Me amenazó valiéndose
de un hecho que nunca se
demostró que fuera como él dice
y del que se enteró
extrajudicialmente. Se enteró de
la existencia de las cuentas
cuando estaba en marcha la
investigación de Luis Roldán. Y
yo no tenía ninguna causa
pendiente. Garzón entonces
quería venganza, porque el PSOE
le prometió que sería ministro
y, finalmente, no lo fue. La
venganza de Garzón coincidió con
los intereses de la oposición,
para llegar al poder, y con los
intereses de Pedro J. Eso queda
clarísimo en el libro.
-Usted ha metido en el
saco de la supuesta trama para
relanzar el Caso GAL a José
María Aznar, pero en el libro no
reproduce ni una sola
conversación suya con el
entonces presidente del PP…
Es que el
intermediario, naturalmente, es
Pedro J. Cuando Garzón se
presentó en la lista del PSOE,
en 1993, me dice que “a callar”,
vamos, que el juez no quiere
justicia. Paraliza cualquier
actuación sobre los GAL, porque
piensa que lo van a nombrar
ministro del Interior. Después,
cuando el PSOE no lo nombra,
quiere que haya venganza. Sus
intereses, los del PP y los de
Pedro J. coinciden. Por eso me
hacen una “pinza” y me obligan a
contar la verdad. No se puede
obligar a nadie a hacer eso,
porque cada cual cuenta la
verdad cuando quiere. Y yo he
decidido contarla ahora
libremente.
-A lo largo del libro se
presenta usted como una víctima
¿Por qué?
Porque cuando alguien
te presiona, eres víctima de esa
persona. Y fui la víctima de los
que me forzaron a hablar.
-Pero existe una primera
parte de la historia, por la que
usted fue condenado a 108 años
de cárcel ¿también cree que fue
víctima?
También lo fui, porque
pasé por unas situaciones que
asumí, por muchas cuestiones de
Estado y tuve unas vivencias
extremas. De algún modo, fui
víctima de intereses políticos.
Está claro.
- Usted se acogió a la
figura del “arrepentido”…
Garzón me hizo asumir la figura
de arrepentido.
-¿No lo estaba?
Había que hacer un
teatro y asumir lo que nunca
hubiera pensado asumir. Si a ti
te están forzando a decir una
serie de cosas y te coaccionan
para que cuentes una serie de
cosas, tienes que adoptar la
postura que te están indicando.
Lo que no había contado en
juicios anteriores, lo tuve que
contar entonces. Es así de
sencillo.
-¿Pero usted no se ha
arrepentido nunca de lo que
hizo?
¿De luchar contra ETA?
¿Por qué voy a estar arrepentido
por luchar contra ETA? No, no lo
estoy. Y el que diga lo
contrario, es un payaso y un
hipócrita.
-Recientemente se ha
hablado mucho del supuesto
arrepentimiento de Batasuna, o
de Arnaldo Otegi, para ser
exactos ¿Cree que eso sí es
arrepentimiento?
Se está creando una
dinámica determinada en la que
hay que asumir una serie de
papeles y confortar a la
sociedad. Y en toda esa
interpretación se están dando
unas manifestaciones, orientadas
a que la gente entienda que
Batasuna, que es el brazo
político de ETA, se está
alejando del pasado y se
aproxima a lo que todos quieren:
que dé el paso de criticar la
lucha armada, o el terrorismo,
que es el mejor calificativo y
que se arrepienta de haberlo
practicado y de haberlo
defendido.
-¿Cree que estamos
asistiendo a un puro teatro?
Creo que estamos viendo
una actitud coherente, dentro de
la política que se está haciendo
últimamente.
-¿Cree usted en la
veracidad del alto el fuego
permanente anunciado por ETA y
su voluntad de dejar las armas?
Es que no creo que se
pueda decir que ETA abandona las
armas, es que ETA ya no puede
seguir con las armas. Está
agotada, ha acabado su recorrido
y está lanzando mensajes
diciendo que es un alto el fuego
permanente anunciado
voluntariamente. No tienen otra
salida. Tras los atentados del
11-S y el 11-M se han
intensificado los servicios de
inteligencia de todos los
Estados, se ha tecnificado el
servicio de inteligencia, se ha
concienciado la justicia, la
base social de ETA, la base
social de Euskadi, que ya no
admite más terrorismo. A ETA la
han bloqueado y obligado a
finalizar su recorrido. Por eso
ha declarado el alto el fuego
permanente. Si no lo hicieran,
no tendrían una oportunidad
mejor que ésta para salir de su
situación, porque se podría
acabar con ellos legalmente.
-Usted no estuvo en la
búsqueda del fin de ETA
legalmente, precisamente (el
terrorismo de Estado de los
GAL)…
Porque en aquella época
era necesario ejercer presión
sobre Francia, que no colaboraba
con España. Francia, es más,
facilitaba la vida de los
etarras en el sur de su
territorio. ETA tenía toda su
infraestructura en el Sur de
Francia. Allí cobraban el
impuesto revolucionario,
entrenaban a sus comandos, etc.
Digo más: cuando volvían de
matar, de España, alternaban y
tomaban vinos con los policías
franceses. Como Francia no
quería colaborar, tuvo que
sufrir en sus propias carnes lo
que hacía ETA en España, hasta
que aprendieron que tenían que
colaborar con España.
-Insisto: más que arrepentido,
parece usted sentirse orgulloso
de lo ocurrido…
¿Yo de qué voy a estar
arrepentido? ¿De qué? Oiga, a mí
me han intentado matar ya en el
año 73. ¿Cree usted que a mí me
da pena que se muera un etarra?
Ellos me han querido matar y he
visto sufrir a mucha gente por
su culpa.
-¿Eso justifica la práctica del
terrorismo de Estado?
Llámele usted como
quiera. Yo no estoy justificando
nada. Digo que era necesario y
punto. ES una forma de luchar
contra ETA, que en aquel momento
era válida. Cuando esto se
acabe, en nuestro bando van a
quedar 1000 muertos y en el de
ellos 4. ¿Eso qué es? ¿Encima se
van a reír de nosotros? ¡Pues
qué quiere que le diga! Por lo
menos, el número de muertos
tendría que estar equilibrado en
ambos bandos. Eso, de entrada.
¿no dicen ellos que es una
guerra? Pues que asuman las
consecuencias.
- Se dijo, aunque nunca
se probó que Felipe González era
la X de los GAL…
Es que la X también
podían ser otras personas.
Cuando se tomó esa decisión
política, el jefe de la
oposición, Manuel Fraga, estaba
al corriente y lo aceptó. ¿Qué
se cree, que la oposición no
sabía de dónde venían los GAL?
¿Acaso no lo aplaudían? Yo he
visto incluso a gente del PNV
aplaudir cuando había un
atentado en Francia, del GAL
contra ETA. Ellos vivieron en su
propia carne lo que ellos
practicaban habitualmente.
-En cuanto a esa “pinza”
que dice que le hicieron Pedro
J. Ramírez, el PP y Garzón,
usted mismo cuenta en el libro
que cobró por ello…
No, no, no…A mí me
obligaron y no me ofrecieron
dinero. Pero después de haberme
forzado a empezar a hablar, para
lavar sus conciencias, supongo,
o para quedarse más tranquilos,
me dieron dinero. Pero primero
me forzaron.
-Cuenta usted que cobró
“en negro”…
Yo digo que una persona
allegada a Pedro J. Ramírez
comenta en algunos momentos que
cuando sale ese tema, Pedro J.
se pone histérico y dice que ese
dinero no procede del periódico
sino “del partido”. NO digo más:
del partido. Eso fue lo que yo
escuché. Creo que es fácilmente
entendible la procedencia. No
hay que ser muy listo para
interpretar lo que quieren
decir.
-También dice que Pedro
J. Ramírez le transmitió el
agradecimiento de Aznar por su
actitud y que nunca se olvidaría
del favor que usted le hizo ¿Ha
recibido alguna muestra de
agradecimiento realizada en
primera persona, por el ex
presidente Aznar?
Pedro J. me dijo: “Me
ha dicho José María Aznar que
nunca se olvidará del favor que
le has hecho”…¡Pues hasta hoy!
Esa es una práctica habitual de
los políticos. Pero también está
bien que se cuente ¿no? Aznar
estaba agradecido porque le
ayudé. Primero quería ocultar la
participación de un amigo suyo,
Ricardo García Damborenea, en la
trama de los GAL. Y yo le dije
que si lo ocultaban, no podrían
utilizar el documento básico de
reivindicación del secuestro de
Segundo Marey, que estaba
escrito por él. Entonces dijeron
que no, que para adelante con
todo. El caso es que Aznar tenía
reservada la candidatura del PP
a la alcaldía de Bilbao para
Damborenea, para luego ir
prosperando políticamente dentro
del PP.
- ¿Nos va a sorprender
con alguna nueva entrega de
novedades con respecto al
terrorismo y a sus historias
paralelas?
Bueno, ahora estamos
con este libro, pero vienen
acontecimientos muy importantes
con respecto a la futura paz que
nos están preparando y que
bienvenida sea. Hay que ver qué
ocurre.
-Dice que le obligaron a
contar la verdad ¿Pero ha dicho
ya toda la verdad, o se guarda
algún secreto?
Usted sabe que, en
cuestiones de Estado, nunca se
dice toda la verdad. Se cuenta
la parte que se puede contar.
Además, contar toda la verdad es
muy duro. Se quebrarían muchas
cabezas.
-Recientemente se ha
terminado el rodaje de una
película sobre los GAL en la que
uno de los protagonistas es
usted, interpretado por el actor
Jordi Mollà…
No la he visto ni tengo
nada que ver con ese film. Soy
absolutamente ajeno a esa
película. Además, estoy
convencido de que se va a
distanciar absolutamente de lo
que ocurrió en la realidad, como
pasó con la película de “El
lobo”.
-En todo caso, usted
aparece retratado como un
policía sanguinario, asesino y
sin escrúpulos ¿Se ve usted bien
reflejado en el papel?
Sanguinario, asesino y
sin escrúpulos, pero con
respecto a una organización
terrorista, no por capricho.
Pensando en salvar vidas.
-¿Piensa ir a ver la
película y ver a su personaje?
Pues todavía no lo sé.
Puedo tomar algún otro tipo de
medidas…Pero para hacerlo,
tendré que verla. Desde ahora
mismo sé que me van a acusar de
cosas de las que, incluso, he
sido absuelto. Supongo que
afectará a mi imagen. Pero
tomaré decisiones cuando lo
estime oportuno.
www.elplural.com 13.05.06Esther Jaén
Caso Gal: "Garzón quería vengarse del PSOE"
ELPLURAL.COM
Según José Amedo, el juez Baltasar Garzón quería "vengarse del PSOE", y por eso sus intereses "conicidían con la oposición y el director de El Mundo, Pedrojota". Este es un avance de la entrevista que ha realizado Esther Jaén a José Amedo, cuyo texto íntegro publicaremos el fin de semana.
El
ex-comisario José Amedo narra en su libro, recientemente
aparecido, "La conspiración. El último atentado de los
GAL", la formación de un terrorismo de Estado en España,
desde su participación en los GAL hasta una especie de
conspiración entre políticos, periodistas y jueces, para
relanzar el caso GAL. Entre los señalados como
conspiradores por Amedo se encuentran el expresidente
del gobierno, José María Aznar, el exvicepresidente
Francisco Alvarez-Cascos o el juez de la Audiencia
Nacional, Baltasar Garzón, entre otros. Precisamente,
Amedo reta a todos ellos a emprender acciones legales
contra él si quieren desmentirlo, pero insinúa que no se
atreven a hacerlo, porque sus palabras fueron grabadas
en su día.
José Amedo asegura que él fue víctima de las presiones
que le aplicaron Garzón, Ramírez y Cascos, que le
obligaron a contar la historia que acabó reabriendo el
caso GAL, en 1994.El ex –comisario afirma que Aznar,
Cascos, Pedro J. y Garzón “están en deuda conmigo”. Se
refiere a una “deuda moral”, ya que admite que recibió
dinero por contar su historia y que ésta beneficiaba los
intereses de la oposición (entonces el PP con José María
Aznar al frente), la necesidad de venganza de Garzón y
las ansias de Pedro J.
También se remonta veinte años en el tiempo para hablar
de la X de los GAL y advierte que, si lo fue Felipe
González, también lo era Manuel Fraga, líder de AP,
porque estaba al corriente de las operaciones que iban a
poner en marcha los GAL. Niega ser un arrepentido y
explica que si algún día lo fue es porque Garzón le
obligó. Tampoco cree que haya arrepentimiento en
Batasuna, ni que las últimas manifestaciones de Otegi
sean las de un arrepentido, sino una “actitud coherente
con la política que se practica”. En relación al alto el
fuego de ETA, Amedo asegura que ETA no abandona las
armas, sino que “ETA ya no podía seguir