ADULADORES OFICIALES DE ANA BOTELLA
Ana Botella, un chorreo de votos
Por Luis Mari Ánson
No es demasiado elegante, ni demasiado feminista, ni demasiado guapa, ni demasiado del centro reformista, ni demasiado nada. Por eso no molesta a nadie. Es sencilla, simpática, inteligente, atractiva, llena de bondad. Tiene luz en los ojos y fuego fatigado en la boca, el cuerpo como una brazada de trigo, como un pan candeal recién horneado. Y me gustan sus manos incesantes y algunas confusas heridas.
Hace unos días, este periódico añadió en su portada, a los siete pesos pesados con los que contaba Aznar para la campaña electoral, la imagen de Ana Botella. Ya se ha visto que fue un acierto. Así lo comprendió el eficaz Rajoy. Ana Botella es un chorro de votos para el PP. La gente la quiere. La española media, el español medio están con ella.
Ayer se mostró discreta y precisa, tan hábil, al contestar a las preguntas nada cómodas que le hizo en Radio España un periodista de raza, Antonio Jiménez. «Tenemos el mismo patrimonio que hace cuatro años -ha dicho Ana-. Pero con una ventaja. Antes pagábamos de hipoteca el 12 por ciento. Gracias a la política económica del PP, las hipotecas han bajado al 4 por ciento». Ahora, los Aznar, según la entrevistada, tienen más amigos que hace cuatro años: 1.700.000 personas que han conseguido trabajo, de las cuales 750.000 son mujeres. Y, además, los que no se impacientan ya en las listas de espera y los que pagan menos impuestos y los que han visto consolidadas sus pensiones. La sencillez y la espontaneidad de Ana Botella, su gran tirón popular, tiene perplejos a los estrategas del PSOE, que no contaban con la carta que Aznar guardaba en la Moncloa. Los inciensos de los que adulan infatigables al presidente no han enturbiado la mirada de la mujer que, discreta e independiente, se mueve a su lado.
