UNA PROPUESTA PARA RAJOY
Por Miguel Ángel Aguilar
Las personas se definen por la calidad de sus vínculos. Por eso, en los primeros años de la Transición se indagaba sobre cuáles eran los de quienes llegaban como aspirantes a la política que entonces se inauguraba. En algunos se subrayaba su procedencia del Frente de Liberación Popular, el FELIPE. Esa era una prestigiosa denominación de origen porque allí, bajo la referencia del sin par Julio Cerón, se habían agrupado en la lucha contra el franquismo algunas de las mejores gentes, de las más desinteresadas, de las más generosas e inteligentes, que después terminaron nutriendo los partidos más diversos, desde la UCD y CiU, hasta el PSOE y el PC.
Que el candidato influya para que se convoquen 200 plazas y se cubran así los registros vacantes
Interesaba conocer en particular la formación escolar y académica de los aspirantes. Ayudaban mucho las etiquetas. De ahí que, en un momento dado, surgiera la de pilarista, aplicada a quienes habían cursado sus estudios de bachillerato en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar, regentado por los Marianistas en el barrio de Salamanca. De sus aulas salieron, por ejemplo, Javier Solana, Rafael Arias Salgado, Luis María Anson, Juan Luis Cebrián, Alfredo Pérez Rubalcaba, Fernando Savater, José María Aznar, Rodrigo Rato o Juan Villalonga, más o menos compañeros de pupitre, es decir, marca indeleble. Mucho antes, Enrique Ruano Casanova.
Ahora, en vísperas del nuevo ciclo político, que por todas partes se anuncia, conviene proceder al examen de antecedentes. De ahí el interés que suscita el Colegio de Registradores (Corpme), al que pertenece Mariano Rajoy. El Colegio fue gran noticia el pasado 8 febrero con ocasión del 150 Aniversario de la Ley Hipotecaria, cuyas celebraciones tuvieron lugar en el nuevo edificio de los Registros de Madrid, situado en Alcalá 540, en el distrito de Vicálvaro. El edificio es propiedad de una sociedad inversionista IICRE, SL (Inversiones Inmobiliarias del Colegio de Registradores de España, SL). El fin de esa sociedad es precisamente el alquiler de edificios a todos los registros de la propiedad. Cuando se constituyó IICRE su socio único era el Colegio de Registradores. Después, el Colegio procedió a una ampliación de capital abierta en exclusiva a los registradores de la propiedad y mercantiles, sin conceder esa oportunidad ni a los empleados ni, por supuesto a terceros. En un memorándum incentivador la sociedad IICRE, SL animaba a los posibles suscriptores de esa ampliación argumentando que participarían en la obtención de beneficios crecientes y recurrentes, generados por el alquiler preceptivo que habrían de contratar todos los registros de la propiedad, obligados a trasladar su sede a esos locales. Sin posibilidad para los registros de negociar precio y condiciones.
En todo caso, falta saber si en todas estas maniobras inmobiliarias ha prevalecido la consideración al servicio público que ha de prestarse a los usuarios cautivos o el mero negocio del Colegio y de sus compañeros de viaje los registradores inversionistas que se garantizan el alquiler de unas sedes para los Registros sin concurrencia de ofertas. Observemos ahora cómo siguen sin respuesta las preguntas que planteaba en diciembre de 2009 José Campos Calvo-Sotelo, entonces candidato a decano del Colegio de Registradores a sus posibles electores. Eran del siguiente tenor literal: "¿Por qué el edificio de Madrid (sede de los Registros en Alcalá 540) se ha construido sobre un suelo calificado como industrial y lo vamos a utilizar con un uso de dotacional de 'servicios de Administraciones públicas', tan lejano a como conceptúa nuestra profesión el Tribunal de Justicia de la UE? ¿Por qué se ha querido imponer por la vía de una reforma de Estatutos colegiales y de tapadillo la obligación de ocupar unos locales a los Registradores de Madrid, asignándoles obligatoriamente el espacio que deben ocupar? ¿Por qué se pretenden imponer obligaciones estatutarias a favor de una sociedad IICRE, SL en la que no participan todos los registradores, que ha fracasado en su reciente ampliación de capital y que se presenta como 'una inversión favorable' para los registradores que han adquirido participaciones?".
Además, en un momento en el que la máxima prioridad es la creación de puestos de trabajo, tenemos una propuesta. Que el candidato Mariano Rajoy haga valer su influencia para que se convoquen al menos 200 plazas y se cubran así los registros vacantes. Las plazas tendrían coste cero para la Administración porque los registradores no perciben retribución alguna con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Como dice Canetti, son "caballos que no necesitan pienso; se alimentan del ruido de su galope". Aunque sea en forma de arancel. Continuará.
www.elpais.es 27.09.11
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