Aguirre pidió al Rey "trato humano" al periodista que le exige abdicar
El pasado día 11 de octubre no fue, decididamente, una jornada apacible para el rey Juan Carlos. ¿Acaso por el vídeo real que acababa de lanzar al mercado político Mariano Rajoy? Frío, frío. ¿Quizá por el impacto de las declaraciones del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, revelando palabras del Monarca? Frío, frío. Lo que realmente fastidió al Rey fue lo que ocurrió durante el almuerzo de ese miércoles en su propia casa, el Palacio Real. Cinco fuentes consultadas han permitido reconstruir lo que allí ocurrió.
Don Juan Carlos: "Que recen menos por mí y se ocupen más de la Cope"
Tras la reunión del Patronato del Instituto Cervantes, el Rey ofrece una comida en la que participan los embajadores latinoamericanos. Don Juan Carlos toma asiento en una mesa redonda. A un lado, el presidente del Gobierno, y al otro, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Frente al Rey, al otro extremo, toma asiento la Reina, flanqueada por el escritor Francisco Ayala y el ministro Miguel Ángel Moratinos.
El Rey, nada más comenzar el primer plato, se lamenta de que al día siguiente se celebre la Fiesta Nacional en un ambiente de crispación. "Es una lástima", dice. Las palabras provocan un silencio de reflexión.
"No sé si os va a gustar lo que voy a plantear, pero creo que se debe dar un trato humano a [Federico] Jiménez Losantos", apunta Esperanza Aguirre, sentada junto al Rey. El periodista radiofónico de la cadena Cope ha solicitado durante los últimos dos años la abdicación del Monarca en su hijo, el príncipe Felipe, como parte de una sistemática crítica a la monarquía por diversas razones, entre ellas que se lleve mejor con los socialistas que con el PP y no ejerza papel moderador sobre el PSOE.
"¿Cómo?", preguntó azorado, según los testimonios recogidos, don Juan Carlos. "¿Más trato humano que yo doy a todos? A todos por igual, sin discriminación", subrayó.
"No, no", siguió la presidenta de la Comunidad de Madrid. "Yo entiendo que la Casa Real y La Moncloa deben darle un trato mejor, no discriminarle", insistió.
"Yo no tengo problema en recibir a la gente. Es a mí a quien tiene que dar un trato humano. ¿Pero esto qué es?", preguntó el Rey. "Es intolerable", agregó.
Esperanza Aguirre no soltaba la presa. "Yo creo que esto se podría arreglar. Es un problema de tratar mejor a una persona", dijo. Seguía en la mesa el comensal Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española (RAE). Hasta entonces callado, ante la machacona insistencia terció. "La de este señor [Jiménez Losantos] es una actitud inaceptable", protestó.
El Monarca prosiguió. "Le he dicho a Rouco Varela que recen menos por mí y la monarquía y se ocupen más de la Conferencia Episcopal que controla a la [cadena de radio] Cope", enfatizó visiblemente molesto, según todas las fuentes. "Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña", cerró enigmáticamente el Rey.
Fue la señal cómplice para cambiar de tema. La reina Sofía comentó que, lástima, el premio Nobel de Literatura había marginado otra vez a la lengua española. García de la Concha habló de Doris Lessing. Esperanza Aguire quiso saber más. Y, tras esta cortina de alivio, el presidente Rodríguez Zapatero preguntó al embajador argentino en Madrid, Carlos Bettini, cómo iban los sondeos ante las elecciones presidenciales del 28 de octubre donde Cristina Kirchner aparece como favorita. Tras la explicación, Zapatero mandó recuerdos al presidente Kirchner. A los postres, Francisco Ayala, de 101 años, dijo: "Esto es el vicio". El Rey le elogió por su apetito.
Fue entonces cuando Esperanza Aguirre volvió a centrar la situación, casi en plan de despedida: "Bueno, vamos a ver qué pasa mañana en el desfile...". Bettini, sentado junto a García de la Concha, saltó: "Esto es una provocación". Don Juan Carlos hizo un gesto de desdén y dijo tres palabras duras.
Una amistad entrañable
"Mis conversaciones con el Rey yo no las comento ni las comentaré", dijo a EL PAÍS Esperanza Aguirre tras responder a una llamada de este periódico. Y añadió: "Todos los que estamos en favor de España estamos con el Rey". El jefe de la Casa del Rey, Alberto Aza, que estaba en Extremadura, no devolvió la llamada.La escena del 11 de octubre trascendió rápidamente, nada más ponerse en pie los comensales. Al día siguiente, jueves 12 de octubre, con ocasión del desfile militar de la Fiesta Nacional, el rifirrafe fue objeto de comentarios entre algunos políticos en el mismo escenario del día anterior: la recepción del Palacio Real.¿Por qué insistió Esperanza Aguirre ante don Juan Carlos en el "trato humano" que a su juicio debía recibir Federico Jiménez Losantos? Quizá la presidenta de la Comunidad de Madrid y del PP madrileño tenía la intención de apaciguar, representando a su amigo periodista.Esa mañana del día 11, tras solicitar la semana anterior la abdicación del Rey, Losantos fustigó al presidente de Cantabria. Recordó que hacía dos años había solicitado la abdicación. Y ya en la tertulia dijo: "Retiro lo de la abdicación, que el Rey cumpla con sus obligaciones...". ¿Losantos preparaba el terreno para la comida de Aguirre?
www.elpais.es 21.10.07
Aguirre buscaba el apoyo del Rey para 'rehabilitar' a Losantos
La dirigente del PP quiere desvincular a la derecha del ataque a la Monarquía
El palacio de la Zarzuela no respiró ayer, al menos públicamente. Una noticia ofrecida en exclusiva por este periódico, en todas sus ediciones, revelaba que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, pidió al rey Juan Carlos un "trato humano" para el periodista radiofónico Federico Jiménez Losantos (que desde hace dos años solicita públicamente la abdicación del Rey en el príncipe Felipe). La noticia tuvo eco tanto en la Zarzuela como en el palacio de La Moncloa.
Un portavoz de la Casa del Rey citado por Efe expresó "su sorpresa y asombro" porque se transcriba "una conversación privada" de don Juan Carlos.
Pero otras fuentes conocedoras de lo que ocurrió informan otra cosa. "El Monarca no creía que fuese una conversación privada. Estaban la reina Sofía y ocho personalidades en la mesa. El intercambio fue en voz alta, hasta tal punto que algunos de los comensales llegaron a intervenir". Y añadió: "No había conciliación posible".
Otra fuente presente en la recepción del día siguiente señala: "El hecho de que el día 12, en la recepción posterior al desfile se volviera a hablar sobre el almuerzo en círculos políticos de iniciados muestra la importancia del asunto".
El Rey y la Reina estuvieron acompañados por el presidente del Gobierno, la directora del Instituto Cervantes, el ministro de Asuntos Exteriores, el director de la Real Academia Española (RAE), el embajador de Argentina en Madrid, el escritor Francisco Ayala y su esposa, Caroline, y Esperanza Aguirre.
En conversación con EL PAÍS, el sábado 20, Aguirre dijo que no podía comentar la información. Fuentes consultadas dijeron que la presidenta de la Comunidad de Madrid, empero, tras hablar con EL PAÍS, explicó a diversas personas, esa misma noche del sábado 20, que en la comida del día 11 ella defendió ante el Rey el derecho a la libertad de expresión de Jiménez Losantos y lo equiparó al periodista Iñaki Gabilondo. "Eso lo tendría Esperanza en su cabeza, pero no fue lo que dijo en la comida. El nombre de Gabilondo simplemente no salió, según yo recuerdo. Lo aseguro", dijo ayer uno de los comensales. El dato fue corroborado por otro de los comensales.
Esperanza Aguirre, según las fuentes consultadas, tenía el objetivo de "apaciguar" o más precisamente propiciar un "pacto" de no agresión entre el periodista radiofónico y la Casa del Rey. ¿Por qué? Porque las algaradas minoritarias de independistas catalanes contra el Rey y la Monarquía habían contado en el otro extremo político, el de la derecha, con la gasolina que ha venido echando Jiménez Losantos desde las ondas de la cadena Cope.
Cuando este periódico le comentó el pasado sábado que quizá ella quería arreglar las cosas, Aguirre no lo negó.
La dirigente del PP tenía un especial interés en hacer una operación que algunos han bautizado de "institucionalización" de Jiménez Losantos. Si el Rey se avenía, eso permitiría a Aguirre separar al periodista de la campaña contra la Monarquía (y con él a la derecha), y además contar con Losantos para la nueva etapa de Telemadrid, que precisamente en esos días tenía entre manos.Y el Rey no pasó por el aro.
www.elpais.es 22.10.07
Huellas en las ondas
El PP acusa el desgaste que provoca el hecho de que el mayor embate contra la Monarquía proceda de sus filas, de uno de sus grandes agitadores en las ondas, Federico Jiménez Losantos. La secuencia de los hechos que lleva a Aguirre a intentar la operación de rehabilitación del locutor están registradas en el programa La Mañana, en la Cope.El 2 de octubre, Losantos reiteró que el Rey debía abdicar. "Lo que he dicho sobre el Rey ya lo dije en El Mundo hace dos años. Tengo la mala costumbre de acertar un poco antes de que pasen las cosas".Pedro J. Ramírez, director del citado periódico, del cual Jiménez Losantos es columnista, consideró que la postura del locutor era un error. El Mundo llevaba semanas denunciando la ausencia de banderas españolas en los ayuntamientos y había dado amplia cobertura a la quema de fotos del Rey. Con su petición de abdicación, Losantos permitió al Gobierno decir que la derecha hacía pinza con los radicales.La editorial del periódico El Mundo, La Esfera de los Libros, publicó un texto de Jiménez Losantos y otro del eurodiputado del PP Luis Herrero, ex locutor de la Cope, en el que el Monarca no sale bien parado.El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, transmitió, tras ver a don Juan Carlos, que el Rey culpaba más a la derecha que a los independentistas. Esa mañana, Ramírez le dijo a Losantos: "Olvídate de escenarios inconvenientes, de quimeras absurdas. Retira la abdicación". Losantos aceptó: "Retiro lo de la abdicación". Ramírez añadió: "Como digas varias veces que retiras la abdicación, ¿qué van a hacer los de la pinza?". El acto siguiente debía ser la complicidad del Rey. Aguirre lo intentó sin éxito.
www.elpais.es 22.10.07
Rajoy dice desconocer el diálogo entre Esperanza Aguirre y el Rey
La presidenta de Madrid pidió un "trato humano" para el periodista Federico Jiménez Losantos.- El presidente del PP cree que es una “irresponsabilidad” contar las conversaciones con el monarca e insiste en la lealtad de su partido hacia la Monarquía
El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha afirmado este lunes que desconoce el contenido de la conversación que mantuvieron la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el Rey el pasado 11 de octubre, en la que Aguirre pidió a don Juan Carlos un "trato humano" para el locutor de la COPE Federico Jiménez Lozanitos, quien ha solicitado la abdicación del Monarca en el Príncipe Felipe. Rajoy asegura que nadie le ha contado el diálogo mantenido durante la comida celebrada ese día en palacio de la Zarzuela, aunque ha subrayado que considera una “irresponsabilidad” contar las conversaciones con el monarca. Asmismo, ha reafirmado la lealtad de su partido hacia la Monarquía.
En la rueda de prensa celebrada en un hotel de Palma de Mallorca tras reunirse con la dirección del PP en Baleares, Rajoy ha comentado que desconoce el contenido de esa conversación porque él no estaba allí y nadie se lo ha contado, y ha insistido que todo lo que él habla con el Rey no se lo cuenta a nadie.
Por otro lado, ha expresado su lealtad personal y la del PP al Rey y a la Monarquía, a la que ha destacado como elemento de estabilidad durante el período democrático. "Mi lealtad y la de mi partido a la Monarquía y al Rey, que ha hecho una extraordinaria gestión y ha sido símbolo de estabilidad institucional a lo largo de 30 años", ha subrayado Rajoy.
www.elpais.es 22.10.07
Cómo escenificar la 'España rota'
El PP usa los ataques minoritarios al Rey para ilustrar su concepto de crisis institucional
Los incidentes aislados de las últimas semanas contra la Monarquía han servido al presidente de honor del PP, José María Aznar, para establecer el mensaje central de la campaña de su partido para las elecciones generales de marzo: la España en crisis de José Luis Rodríguez Zapatero versus la España prometedora de Mariano Rajoy. Los dardos más arteros y de mayor impacto público contra la Corona proceden, empero, de antiguos aliados de ruta de Aznar y actuales apoyos mediáticos del PP como la cadena Cope. La garantizada publicidad que ofrecen los medios de la derecha a los protagonistas de los actos constituye una recompensa para quienes los provocan, animándoles de hecho a seguir incluso con mayor virulencia.
Los augurios de ruptura de Aznar y la Cope siguen sin cumplirse, pero queda el mensaje
La irrupción de Aznar, aprovechando uno de los cada vez más raros momentos que sus negocios le permiten permanecer en España, evoca los tiempos en que comenzó a afirmarse en su carrera política. Quien piense que está poniendo a punto una nueva estrategia derivada de la actual situación política se equivoca.
Tampoco es exactamente lo que el entonces líder del PP ensayó en el lapso 1993-1996. Hay que remontarse más atrás, a las elecciones generales de 1979. Aznar escribió en La Nueva Rioja el 23 de febrero de 1979: "Tal como está redactada la Constitución de 1978, los españoles no sabemos si nuestra economía va a ser de libre mercado o, por el contrario, va a deslizarse por peligrosas pendientes estatificadoras y socializantes, si vamos a poder escoger libremente la enseñanza que queremos dar a nuestros hijos o nos encaminamos hacia la escuela única, si el derecho a la vida va a ser eficazmente protegido, si el desarrollo de las autonomías va a realizarse con criterios de unidad y solidaridad o prevalecerán las tendencias gravemente disolventes agazapadas en el término 'nacionalidades".
Los incidentes protagonizados por algunos militantes independistas radicales en Cataluña han venido, pues, como anillo al dedo para pintar una vez más un cuadro de crisis. El rey Juan Carlos, en su comparecencia del 1 de octubre, intentó disipar ese cuadro, destacando la estabilidad alcanzada en España a través de la monarquía parlamentaria.
Pero hay quien ve más lejos. Un político socialista que prefiere mantenerse en el anonimato apunta: "En el fondo, lo que a la derecha le irrita es que el Rey se lleve mejor con un gobierno de izquierdas que con uno de derechas. Ya ocurrió con Felipe González. Y ha vuelto a ocurrir con Zapatero. Por eso, la derecha aprovecha las algaradas de los grupos republicanos extremos contra el Gobierno. Pero está jugando con fuego, porque consciente o inconscientemente está alentando esos actos".
Es lo que ha pasado con el libro de Luis Herrero, eurodiputado del PP, sobre Adolfo Suárez, en el que pone en labios del ex presidente la idea de que, en 1994, el Rey debió abdicar. La animadversión contra la Monarquía de ciertos sectores es un hecho. El martes, Federico Jiménez Losantos, director del programa La mañana, de la Cope, tras reiterar su posición de que el rey debería abdicar en su hijo, el príncipe Felipe, señaló: "Lo que yo he dicho sobre el Rey ya lo dije en El Mundo hace dos años. Tengo mala la costumbre de acertar un poco antes de que pasen las cosas".
A primeros de noviembre de 2005, Losantos sostenía en una entrevista con la periodista Esther Esteban, que "la figura del Rey está profundamente erosionada. Por muchas razones, pero sobre todo porque a la hora de la verdad sólo se lleva bien con los socialistas y muy mal con la derecha. La derecha cree que les ha traicionado, porque no ha ejercido su papel de moderador".
He aquí su diagnóstico de entonces: "Don Juan Carlos ha perdido apoyo a chorros e, indudablemente, la Monarquía se ve afectada por eso. Sólo se podría salvar si el Rey abdicara y el Príncipe asumiera ese papel nacional, moderador, que evite los separatismos que el padre ha dejado de asumir. Quizá la dinastía puede salvarse si el Príncipe no sigue el camino de su padre... En un par de años o esto se ha roto del todo, o estamos en una dictadura a la mexicana, o hemos tenido una crisis balcánica. Esto da de sí hasta las próximas elecciones".
Losantos atacó duramente al monarca tras la formación del primer Gobierno tripartito en Cataluña, por la "calurosa recepción del Rey al nuevo presidente del Parlamento Catalán, Ernest Benach", a quien el político, el monarca le habría dicho que "hablando se entiende la gente". En su libro De la noche a la mañana, publicado en 2006 por la Esfera de los Libros, editorial del diario El Mundo, Losantos recuerda: "Cuando se concretó la gran traición a España y a la Libertad del Pacto de Perpiñán [reunión secreta a primeros de 2004 entre el entonces presidente en funciones de la Generalitat, Josep Lluis Carod-Rovira y representantes de ETA] no me privé de recordar ese 'hablando se entiende la gente' como símbolo de la claudicación de la Corona ante el nacionalismo y el terrorismo".
El par de años ya está aquí. Ni España, como vaticinaba Losantos (y Aznar y el PP) "se ha roto del todo", ni hay una "dictadura a la mexicana". Se trata, pues, de que esa previsión se convierta en realidad virtual. ¿Cómo? Tanto la ampliación de la imagen de la quema de fotos del Rey como la denuncia sobre la resistencia a enarbolar la bandera española sirven al objetivo de crear la España rota virtual.
Algunas fuentes han señalado que el discurso de Aznar en defensa de la Monarquía ha causado curiosidad en el Palacio de la Zarzuela: "Las relaciones entre el ex presidente del Gobierno y el Rey nunca gozaron de una química especial, para decir lo menos. No parece, pues, que se tomen muy en serio sus palabras y sí que se valoren como el aprovechamiento de una buena oportunidad de marketing político".
El marketing y el tráfico de favores son técnicas que Aznar domina. Hay una anécdota sobre su capacidad de maniobra. La cuenta el periodista Bob Woodward en su libro Plan de ataque, sobre la planificación de la guerra de Irak. Según extrae Woodward de las agendas de Bush, éste le pide el 17 de marzo de 2003 a Aznar que llame al presidente chileno Ricardo Lagos. "¿Puedes llamarle y urgirle a que no intente ninguna maniobra de último minuto?", preguntó Bush. "Aznar dijo que llamaría a Lagos y añadió su propia petición. 'Mira, realmente, me ayudaría enormemente si llamases al rey Juan Carlos. Sólo para quede constancia'. El Rey es el jefe de Estado de España y aunque es en gran medida una figura decorativa, es popular y toma el juramento al presidente del país. Aznar quería dejarle satisfecho. 'Gran idea, respondió Bush".
"Algo más tarde", sigue Woodward, "Bush pagó su deuda con Aznar y habló con el Rey de España durante cuatro minutos. 'Majestad, he aquí lo que está pasando. Vamos a retirar la de resolución y yo voy a hablar al pueblo americano'. El Rey agradeció cordialmente la llamada".
www.elpais.es 07.10.07
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